El padre Damián, bibliotecario de Oseira, afirmaba ayer que su muerte "es una bendición, porque estaba sufriendo mucho". El católico recordaba a Leopoldo Durán y Graham Greene como "mujeriegos a los que le gustaba el vino" y para los que en más de una ocasión fue cocinero. "Les encantaban las patatas con verduras de la huerta, acompañadas de un buen vino", reconocía.

El padre Damián rememoraba también un paseo con el recientemente fallecido el Monasterio de Osoria. "A Leopoldo le encantaba el silencio. Cuando sonaban las campanas decía: `Que callen las campanas y que suene el silencio´".