Su último disco, "Mentiroso, mentiroso", ha cautivado al público y a los medios pero también al mundo de la ilustración con la edición especial de un cómic con los principales dibujantes del país. Con esta tarjeta, Iván Ferreiro prepara su regreso a los escenarios vigueses a lo grande. "Posiblemente, en el Teatro Caixanova y en breve", adelanta. La pista para esta cita llegará a través de ivanferreiro.blogspot.com. Como añadido, dentro de poco oiremos "Bocata e futbolín", su tema a medias con Pablo Novoa para el Xabarín Club.

- ¿Cómo fue la gestación de "Mentiroso, mentiroso"?

- Me alejé de mí para encontrarme y escribir lo que veía, las verdades, mentiras, mis contradicciones... Creo que el único espacio libre existente es la canción, así que decidí ser libre en las canciones, quitándome de encima el tener la razón.

- Usted quiere librarse de la razón pero también de quienes dicen saber lo que piensa.

- Eso, nos pasa a todos en general. Yo cometo el mismo error. Por eso, quiero que se entienda que el disco es un espejo donde me veo reflejado.

- "Suerte" es uno de sus temas, ¿la ha tenido en la vida?

- Me alegro mucho de la suerte que he tenido. De lo contrario, sería una desagradecido. La verdad es que yo miro hacia adelante. No soy muy dado a la melancolía de recordar el pasado. Trato de aferrarme lo menos posible a lo que me gusta.

- No se aferra por si falla.

- El problema es esa percepción del fallo. A veces la realidade nos duele. Yo trato de no sufrir más de lo necesario. Sí pienso mucho en Piratas. Los tengo presente todo el día. Son como las ex novias. Que uno tenga buenos recuerdos de su ex no significa que vaya a volver, lo que no significa que una vez se reencuentren estando libres y renazca el amor.

- ¿Con la vergüenza empiezan los problemas?

- Tiene que ver con las inseguridades. No soy santo y he hecho muchas cosas mal en mi vida, pero no me arrepiento porque entiendo el momento en el que pasaron y me entiendo a mí mismo.

- ¿Y por qué dedicar una canción a Rocco Siffredi?

- Viene un poco relacionado con lo anterior, añadí la g para que fuese más bonito al cantar (risas). Tiene que ver con los mitos, con las grandes inseguridades de los hombres, el tamaño de su pene. Hay que ser feliz con el tamaño que se tiene.

- Le inspiró, quizás, una mala noche...

- No, fue después de una buena noche, pero trasladada al ámbito de los músicos. Calamaro, Sabina... la tienen más grande que la tuya. Si para ser feliz tengo que tener la polla más grande del mundo, estoy jodido, porque sólo uno sería feliz en todo el planeta.

- ¿Frustra estar a la puerta de los premios y no recibirlos?

- Para nada. Yo soy una persona ambiciosa pero no en el sentido que muchos piensan. Sí quiero tener dinero, ocho casas... pero no quiero tenerlo de cualquier forma. No voy a ser nunca un superventas. El mejor premio es seguir en la música tras 18 años y que la gente coree las canciones.