El ministro de Sanidad y Consumo en funciones, Bernat Soria, señaló ayer, respecto a los dos fallecidos en Castilla y León por la variante humana de la Encefalopatía Espongiforme Bobina (EEB), denominada enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, que "si se compara la incidencia en España respecto a otros países es de esperar que haya más casos". En todo caso, auguró que no serán "muchos más".

Soria, quien realizó estas declaraciones a la entrada del Congreso de los Diputados antes del Debate de Investidura de José Luis Rodríguez Zapatero, recordó que estos dos últimos casos están relacionados con "una crisis sanitaria que ocurrió hace ocho o diez años", en referencia a la de 2001 por la conocida como el "mal de las vacas locas", tras detectarse en Galicia en noviembre de 2000 los dos primeros casos en España, en las reses "Elvira" y "Parrula".

En este sentido, el ministro de Sanidadadvirtió de que "no hay ningún problema de alimentación ni de salud pública" puesto que garantizó que los "sistemas de alerta funcionan". "Tenemos que continuar trabajando como estamos haciendo", concluyó.

Por su parte, el director del Centro de Investigación de Encefalopatías Espongiformes y presidente del Consejo General de Colegios de Veterinarios de España, Juan José Badiola, señaló ayer que, aunque no es descartable que aparezcan nuevos casos de Creutzfeldt-Jakob en España tras los dos fallecimientos , "el simple hecho de haber ingerido carne infectada no significa necesariamente que se vaya a desarrollar la enfermedad". Explicó que el síndrome "por contacto no se contrae, no es condición suficiente", puesto que hay otros factores que influyen. Por un lado, es importante "la cantidad" de carne ingerida, como también lo es la propia genética del individuo.

"Se calcula que el 75% de los europeos son resistentes a la enfermedad", por lo tanto, para contraerla, "hay que ser susceptible", insistió.