El próximo sábado se entregan en Sanxenxo los premios Irmandade do Libro 2008. Coincidiendo con esta gala, los libreros españoles celebrarán en la villa turística su "cumbre" y de ambas citas será anfitrión Jaime Corral, presidente de la Federación Galega de Libreiros. Si se le pide consejo, será "siempre leer en gallego, yo alterno un libro en gallego y uno en castellano, tengo un par de obras que recomiendo mucho como Suite francesa o Sostiene Pereira. Acabo de leer Mi Mundo, de Millás, y ahora estoy con unas conversaciones con el dramaturgo Pancho Pillado. Entre las novedades, este mismo mes saldrá lo nuevo de Zafón".

- ¿Cómo llegó al oficio?

- Circunstancialmente, después de acabar mis estudios preparaba la oposición cuando caí enfermo, mis ojos no respondieron, perdí la visión de uno y planté los estudios. A partir de ahí derivé a la librería, donde sigo muy contento.

- Asegura que el mejor consejo sobre la lectura es arrancarse a leer de una vez...

- Lo digo un poco sarcásticamente cuando se habla de que los jóvenes no leen. Me pregunto qué leen nuestros políticos, los jueces, los médicos, los periodistas, y me temo que si lo vemos, nos llevaríamos una sorpresa o un disgusto, ¿los jóvenes no leen pero los médicos, los jueces o los periodistas sí? El mejor consejo es leer y dar ejemplo.

- ¿Cómo está el sector librero en Galicia, después del susto de los libros de texto?

- Hubo un momento boyante, en los años en los que coincidió una alta demografía en edad escolar. El libro de texto era prácticamente igual para todo el estado y eso propició mucho la implantación de librerías y su fortalecimiento.

- También lo hizo un sector dependiente ¿hasta qué punto es prioritario el libro de texto en la facturación de las librerías gallegas?

- Es un sector excesivamente dependiente del libro de texto, por eso hay que intentar cambiarlo porque entre la inferior demografía y las nuevas tecnologías va a ser difícil un futuro centrado en ese artículo. Muchas librerías, dada su complejidad y poco margen de beneficio, ya no los trabajan, pero las que están en núcleos de población más pequeño y en el rural sí que tienen una fuerte dependencia. ¿En la facturación? Estamos hablando de entre el 30 y el 60%.

- ¿Qué alternativas proponen desde la Federación Galega de Libreiros?

- El librero es un profesional que además de vender un producto cultural informa, prescribe, habla, en un lugar, la librería, que es un espacio para la convivencia. Hay que potenciar la dimensión cultural del negocio, convertir a la librería en epicentro cultural del barrio y no tardar ni un minuto más en aplicar las nuevas tecnologías.

- Asegura que se minimiza injustamente el progreso de la sociedad lectora...

- Hay que tener en cuenta de donde hemos partido, que era una situación bastante pobre culturalmente y donde eran pocos los segmentos de población que accedían al libro. Evidentemente es un tema que afecta especialmente a los libreros y hay que aceptar lo que hay, que estamos hablando en números redondos del 50%. La mitad de la población lee regularmente en este país, pero lo importante es sembrar y creo que se están haciendo bien las cosas.

- ¿Los libreros ven con buenos ojos la nueva orientación educativa?

- Creo que será una gran oportunidad, esa obligatoriedad remueve el hábito lector y lo lleva no sólo a las áreas propias de la lengua sino a todas las áreas, creo que será un elemento más que ayudará a trabajar lectores de cara al futuro.

- No falta quien dice que en este país se publica todo y no se lee nada...

- Ese es otro debate central, hay estudios que indican que se producen un millón de ejemplares al día, y estamos ante esa disyuntiva: publicar más o mejor, y mi opinión es que necesitamos entrar en un capítulo sosegado, parar la indigestión de títulos, publicar menos y de mayor calidad.