Los veterinarios gallegos garantizaron ayer la "imposibilidad" de que desde 2001 pueda llegar a la cadena alimentaria carne de vacuno afectada por la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) por los controles "exhaustivos" desde la granja hasta que llega al consumidor implantados en 2001 a raíz de la crisis del "mal de las vacas locas".

"Estos controles garantizan una total seguridad", aseguró el presidente del Consello Galego de Colexios Veterinarios de Galicia, Uxío Rei, quien destacó que desde la implantación de esta vigilancia sanitaria "no se ha bajado la guardia".

Rei recordó que cuando se produjo la crisis ya se advirtió "desde el primer momento" de que, debido a la incubación "de hasta 14 años de la enfermedad", las medidas no evitarían la aparición de afectación en humanos de la variante humana de la Encefalopatía Espongiforme Bobina (EEB), denominada enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, por el consumo antes de 2001.

Por ello, el presidente del Consello consideró que, si ahora se genera alarma, ésta sería "de todo injustificada" e insistió en que la "sorpresa" de este colectivo no ha sido por los dos casos en Castilla y León, "sino por la desmemoria informativa". Así, anunció que habrá "más casos" debido al periodo largo de incubación.

El conselleiro de Medio Rural, Alfredo Suárez Canal, también hizo ayer un llamamiento a "la tranquilidad absoluta" en el consumo de carne vacuna. "No hay problemas, ni los habrá", garantizó y, para avalar esta afirmación, esgrimió que se mantienen los mismos controles "estrictos" establecidos en 2001.

"La sanidad de nuestras vacas garantiza la salubridad de la carne de las mismas", aseveró Suárez Canal, que añadió que los casos de fallecimientos por EEB "entraba dentro de lo posible" por el consumo anterior a 2001. Así, Suárez Canal insistió en que desde esa fecha se hacen todos los análisis y controles porque "no se relajaron" las medidas a lo largo de estos años.

Nerviosismo

Sin embargo, estos casos han provocado la alarma entre los consumidores, una situación que preocupa a los productores gallegos de carne de vacuno que temen una bajada del consumo. Las tres organizaciones agrarias gallegas (Unións Agrarias, Sindicato Labrego Galego y Xóvenes Agricultores) lamentan que estas muertes se hagan públicas en un momento en el que el consumo de carne de vacuno ha descendido debido a un aumento de su precio en el mercado, una situación que provocaría, a su juicio, que se "agudice" la crisis que vive el sector. Los sindicatos apelan a la "inteligencia" del consumidor, que, aseguran, es "consciente de que en 2001 se instauraron unos controles que hacen imposible que la EEB llegue a la cadena alimentaria".