Pilar Varela ha sido una de las primeras especialistas españolas en abordar la timidez, un rasgo complejo y tradicionalmente ignorado. De ello habló en el Club FARO y le ha dedicado un interesante libro, "Tímida-mente", en el que ha colaborado su hija Elisa López Varela, médico e investigadora en Harvard.

- ¿La timidez es congénita o adquirida?

- Ambas cosas. Estudios recientes sostienen que es algo genético, y al mismo tiempo que se aprende. Personalmente creo que la timidez adquirida es preocupante y es la que debemos atacar. Se aprende en la familia, en la escuela, por los traumas de la vida, por las sensaciones de ridículo insoportable...

- Ciertas actitudes de los padres también fomentan la timidez en los hijos...

- Los padres sobreprotectores consiguen eso que pretenden evitar. No le enseñan al hijo la audacia natural que todos tenemos. Así tal vez eviten que el niño se constipe, pero en contrapartida tendrá miedo a afrontar los desafíos de la vida.

- ¿La timidez puede ser selectiva? ¿Puede ocurrir, por ejemplo, que una persona no tenga problemas para hablar en público y que sin embargo le aterre comunicarse con personas del sexo opuesto?

- Efectivamente. Hay diferentes grados de timidez, desde una menor y llevadera que tenemos casi todos en algunas situaciones sociales a otra menos llevadera, que se esconde, hasta una timidez severa y gravísima. En el campo intermedio hay personas que son tímidas ante ciertos estímulos amenazantes y no ante otros. Pero hablar en público y ante el sexo opuesto son dos de los factores que generalmente a los tímidos les inhiben.

- La cantante Suzanne Vega asegura que para ella es más fácil cantar ante cien mil personas que sentirse cómoda en una reunión reducida. ¿Cómo se explica esta paradoja?

- Hay muchas paradojas en la timidez: te provocan más timidez tus familiares que personas desconocidas, igual que en el amor se dice que se discute peor con la gente que más quieres. Y se puede hacer un acto de exhibición personal delante de mucha gente y a la vez sentirse muy cortado en un tête à tête, ante una sola persona.

- Otros tímidos famosos son Greta Garbo, Zinedine Zidane, Lou Reed... Sin embargo, no conocemos muchos líderes políticos tímidos. En España tenemos a Mariano Rajoy...

- Es muy tímido, él mismo lo ha confesado. Antes de las elecciones, tanto Rajoy como Zapatero dijeron que eran tímidos, pero yo creo que es bastante más tímido Rajoy que Zapatero. Era curioso observar cómo Rajoy ha hecho un esfuerzo ímprobo, como persona muy inteligente y motivada que es, para manifestarse cercano a la gente, haciendo, por ejemplo, una llave de judo. En mi libro no hablo demasiado de líderes políticos, pero muchos de ellos son tímidos.

- Sorprende que John Travolta esté considerado como un "tímido extravertido".

- Hay muchos actores que son tímidos, y que ejercen esa profesión precisamente por ello. La timidez severa se compensa con conductas como el humor, la mala educación, el despotismo, la agresividad... y también el fingimiento. Gracias a la representación de papeles, los actores pueden ejercer otros "yos". Travolta confiesa que es un tímido contrariado. Una respuesta extravertida le cuesta diez veces más que al resto: hacer una gracia, preguntar o devolver unos zapatos.

- La timidez puede inclinar a la persona hacia el alcohol y otras "drogas sociales"...

- El alcohol es un compañero de ida y vuelta: se va de la timidez al alcohol y del alcohol a la timidez. Al final te atemoriza tu "yo" bebido y tu conducta se reinhibe. El que se toma dos copas para relacionarse luego no sabe actuar sin ellas, y pongo el ejemplo del actor Sean Penn.

- Habla también de tímidos que recurren a una sexualidad impersonal...

- Hay cuatro razones para comprar sexo: la soledad, el aburrimiento en la pareja, la carencia de compromiso y el temor o el odio que pueden inspirar las mujeres. En esta última razón y en la soledad predominan los tímidos. En España hay del orden de las 400.000 mujeres que practican la prostitución, el doble que en Alemania, algo que me deja dolida, no es algo de lo que nos podamos sentir orgullosos.

- La incapacidad para decir "no", ¿es también un síntoma de timidez?

- Absolutamente. Es lo del chiste aquel: "¿Por favor, me da un café? -dice el cliente- ¿Solo? -responde el camarero-. Bueno, deme dos". Decir "no" molesta a todo el mundo. Nos hemos educado en un entorno en el que hay que sonreír, dar las gracias, caer bien... Y eso tiene sus ventajas, pero a veces tienes que reivindicar tus derechos, aunque sean menores, como cambiar unos zapatos en un comercio. Al tímido le resulta muy difícil decir "no". Muchos de los tímidos son procastrinator: dejan para mañana lo que pueden hacer hoy, no por desidia o por vagancia, sino por no enfrentarse a una persona.