La compañía remodelará por completo el sistema de vigilancia de sus supermercados, después de que el semanario "Stern" destapara la semana pasada que Lidl espiaba el comportamiento no sólo de los clientes sino también de los trabajadores.

Asociaciones de consumidores instaron a los usuarios de la cadena de supermercados a no utilizar sus tarjetas de crédito en sus compras ya que la introducción de su número secreto -necesaria en Alemania- podría ser captada por las cámaras.

La compañía elaborará ahora su nueva estrategia de seguridad en colaboración con el responsable federal de protección de datos, Joachim Jacob, con el objetivo de prevenir y esclarecer los robos y también evitar el registro de "datos sensibles" de sus clientes y trabajadores.

Según reveló "Stern", en los protocolos internos confeccionados con los datos de las cámaras figuraban, entre otros, la frecuencia con la que los trabajadores visitan el servicio o las relaciones amorosas entre empleados.

La mayoría de los informes internos de Lidl en poder de la revista proceden de filiales en el estado federado de la Baja Sajonia y, en menor medida, de Renania-Palatinado, Berlín y Schleswig-Holstein.

Según la publicación, cada lunes por la mañana llegaba a la filial en cuestión un equipo de detectives que instalaban entre cinco y diez cámaras miniatura antes de la llegada de los trabajadores en presencia del director de la filial.

Esta semana la cadena Lidl, que admitió que el sistema se ha utilizado en 219 sedes en Alemania, anunció que permitirán a los empleados cuyo comportamiento personal fue espiado por una empresa de detectives tener acceso a los protocolos que contienen la información confidencial recabada.

La cadena de supermercados, que se disculpó con anuncios en los medios de comunicación con sus trabajadores, justificó la contratación de agencias de detectives en el hecho de que Lidl perdió el año pasado 80 millones de euros por los robos cometidos por clientes en sus sucursales.

Tras señalar que esas agencias fueron contratadas con el único fin de aclarar y evitar robos, reconocieron que "en casos aislados los detectives redactaron protocolos suplementarios con datos personales de empleados, lo que nosotros no deseábamos".