Corbacho ha explicado hoy, después de presentar la cinta en la sección competitiva del Festival de Málaga, que han mostrado el instituto de Hospitalet en el que estudia el protagonista "como una representación en pequeño de la sociedad en la que vivimos".

A su juicio, su nueva película tiene puntos en común con "Tapas", como "la incomunicación de sus personajes, su soledad y el alienamiento social", aunque cree que ahora "es más contundente el pesimismo" de la historia.

Durante la fase de elaboración del guión estuvieron en contacto con adolescentes, profesores, psicólogos y otras personas que conocen el fenómeno del acoso.

En ese momento comprobaron que "alguien que ha recibido algún acoso acaba reproduciendo ese modelo", por lo que incidieron en "trabajar en la fina línea que separa a las víctimas y los verdugos".

El objetivo era contar una historia con la que "la gente se vaya a su casa y se pregunte una serie de cosas", según Corbacho, que en este proyecto dejó de lado la máxima cinematográfica que desaconseja rodar con animales y con niños.

"Trabajar con chavales es un arma de doble filo, porque hay que motivarlos, pero dan mucha verdad. No tienen la técnica interpretativa de los actores con experiencia, pero tienen unas reacciones muy reales", ha afirmado en rueda de prensa.

Los dos matrimonios protagonistas están formados por Elvira Mínguez y Antonio de la Torre y por Lluís Homar y Paz Padilla, ésta en un papel alejado del humor.

"Siempre tenía el sueño de que llegara el cambio de registro, y he trabajado mucho el papel, porque sabía que era una gran oportunidad. Pienso que al menos lo he intentado", ha dicho Paz Padilla.

Por su parte, De la Torre, ganador de un Goya por "Azul oscuro casi negro", ha admitido que después de este premio tiene "más ofertas y la posibilidad de elegir las cosas".

De su papel, "un hombre con miedo a no cumplir su rol, lo que le convierte en alguien incapaz y bloqueado", el actor ha explicado que muestra que "ser padre es algo imposible de aprender".

Uno de los protagonistas juveniles, Eduardo Espinilla, ha apuntado que ha vivido el acoso durante toda su vida, "no de forma directa, pero sí como testigo", y ha utilizado esa experiencia para sacarla en la película "de la forma más cruel posible".