Va a haber un período de crecimiento lento bastante largo, quizás de uno o dos años. Creo que estamos lejos de una recesión en este momento aunque, si llegara, nos costaría salir más que antes. Me atrevería a decir que será un período de crecimiento lento pero sin grandes sobresaltos".

Así se definió ayer sobre la coyuntura actual española, aunque dejando claras las cautelas propias de una ciencia social tan impredecible como la economía, el catedrático de Teoría Económica y director del Instituto de Empresa Familiar Alfredo Pastor. Presentado por Jaime Abella, gerente de FARO, el conferenciante, que fue secretario de Estado de Economía y director general del INI, habló precisamente de la crisis económica en España y sus contornos. "Si digo contornos -empezó diciendo- es porque sabemos en qué consiste la crisis y su tamaño pero no en qué va a terminar; es decir, es posible adivinar sus contornos, ponerte mentalmente un techo y un suelo, empezar a contestar las tres preguntas que más nos importan, las relativas a su profundidad, su duración y su generalidad".

Pastor tomo como referencia para entender la crisis en España la que se anticipó en Estados Unidos, dado el parecido entre una y otra. "En uno y otro caso -explicó- está provocada por el final de una burbuja, en este caso inmobiliaria, como antes fue la de las `puntocom´ aunque hay que resaltar a la hora del análisis que esta crisis se produce en un contexto muy diferente: la tendencia de los precios es ascendente y los bancos centrales tienen que valorar los parámetros de inflacción o crecimiento. En mi opinión, las autoridades monetarias debieran bajar el precio del dinero y atender luego el problema de la inflacción, si se presentara".

El economista, que dejó claro ante una pregunta del público que "en todas las burbujas ha habido avisos de sobra" y no se ha enterado el que no ha querido, afirmó que era una simplificación hacer recaer responsabilidades en autoridades políticas o económicas en base a la idea de que tienen equipos sobrados para detectarlas y tomar decisiones. "¿Se imaginan ustedes qué pasaría si el presidente del Banco europeo o Solbes hubiera defendido un aumento de los tipos de interés hace tiempo? Le tacharían de derrotero y alarmista porque hay muchos intereses involucrados en la misma sociedad que en principio se benefician de ese clima".

Qué es una burbuja

Pastor explicó qué era una burbuja con ese sentido didáctico que le caracteriza. `Siempre tienen que ver con activos que se ponen de moda, en este caso la vivienda, y empiezan a subir de precio fuera de lo normal durante una temporada, de modo que está bastante fuera del valor real, en un alza especulativa".

Pero, como explicó el catedrático, las burbujas se financian con créditos, nunca con dinero contante y sonante y, cuando se pierde la confianza en el activo y descienden drásticamente los precios, los bancos pueden verse muy afectados si se han comprometido mucho en la financiación, al igual que les pasa a las familias. "Uno de los efectos que produce una burbuja -dijo- es que los bancos dejan de dar crédito, lo restringen mucho, y sin crédito muchas empresas entran en crisis y la economía se estanca. Ese sería el canal bancario porque también estaría el que afecta al consumo, que se retrae".

Según Pastor la evolución de la burbuja ha sido muy rápida en Estados Unidos y la transmisión de sus efectos a la economía real. `En 6 meses la Reserva Federal ha inyectado liquidez como nunca al sistema bancario, bajando repetidamente los tipos de interés. Pero se puede afirmar que aún no ha tocado fondo esta crisis de las hipotecas de alto riesgo. Es decir, se ha inyectado mucho dinero público pero no se ha logrado que el crédito arranque, seguimos con iguales restricciones, lo que permite suponer que más que una crisis de liquidez lo es de confianza. Es muy posible que la economía americana esté en recesión".