Tras "Una historia de una guerra civil que no va a gustar a nadie", Juan Eslava Galán sigue repasando el siglo XX español. Ahora le toca a los años de la posguerra y el franquismo, "Los años del miedo". Este sentimiento, y el hambre, serán los imperantes. Al menos hasta que se elimina la cartilla de racionamiento, en 1952, fecha en la que este escritor, que en su día ganó el Planeta, da por finalizada, de momento, su peripecia. Eslava Galán estuvo ayer en Santiago presentando su peculiar ensayo.

- ¿No cree que los españoles fueron responsables de que esa dictadura haya durado tanto?

- No había modo de escapar porque la represión fue de tal calibre que la gente que podía haberse rebelado estaba en la cárcel o en el exilio o bajo tierra.

- Tal y como lo cuenta, se ve a Franco bastante mediocre.

- Sí, es un hombre absolutamente mediocre, con una gran suerte y una gran astucia y sentido común. No fue un gran estadista, pero fue un hombre que sabía nadar entre dos aguas.

- Cita a Armero: "Franco nos corrompió a todos".

- Era una España corrupta, donde todo el mundo robaba, algunos por obligación, por hambre, y otros, porque eran unos sinvergüenzas. El único que no robaba era Franco porque el cortijo era suyo.

- ¿Es cierto que España le debe a Franco el haberse librado de la contienda mundial?

- Ahora sabemos que Franco quería entrar en la guerra, pero las circunstancias lo mantuvieron al margen. No fue por su voluntad, como dijo su propaganda. Si hubiésemos entrado, nos hubieran dado bofetadas por todas partes, pero Franco habría caído, igual que Hitler.

- ¿No cree que los aliados son culpables de que Franco se mantuviera en el poder?

- Sí. Y más aún: una guerra moderna se hace gracias al petróleo y al acero. Y Franco ganó la guerra gracias a los americanos y a los ingleses, no gracias a los alemanes y a los italianos. Porque le suministraron el petróleo los americanos y a los ingleses no les interesaba aquí un gobierno de izquierdas.

- La desgracia de España a lo largo de la historia han sido sus gobernantes, dijo. ¿Y de los de hoy en día, opina lo mismo?

- Me preocupa en la democracia que, tanto unos como otros, los políticos cada vez valen menos. Necesitamos gente de fuste, aunque no sea guapa, y no a estos que nos ponen, que ni pueden expresar su personalidad porque hacen lo que les dice su asesor de imagen.

- En los últimos años la educación va de capa caída... Usted, que viene de filosofía y letras, ¿qué opina?

- Es un auténtico desastre nacional. Bajamos los niveles y falsificamos la historia

- La tendencia es global, con América a la cabeza.

- Pero ellos tienen una ventaja: dinero. Si un español descuella, lo compran y se lo llevan. Pueden comprar ingenios donde los hay y se pueden permitir el lujo de tener una masa casi analfabeta que sólo sirve para apretar un tornillo, pero nosotros no, nosotros tenemos que explotar nuestra cantera.

- ¿No tiene nada que ver con un interés subterráneo en que la gente sea menos crítica?

- Sí. Ese mecanismo existe. A lo mejor no es un mecanismo consciente y maquiavélico, pero existe. No hay más que ver que la enseñanza estatal está hecha una porquería, pero los hijos de los políticos se van a colegios alemanes o a Irlanda o a Estados Unidos. Ellos sí se están formando bien. Los políticos saben cómo se deben formar sus hijos, pero los hijos de los demás no les interesan tanto. Esa es la masa que sólo tiene que producir y consumir y punto.

"De la novela se podría prescindir; de la poesía, no"

- ¿No se siente un poco psicótico habiendo creado a Nicholas Wilcox para hacer novela histórica de intriga?

- Sí, pero el escritor tiene esa parte psicótica de vivir vidas ajenas. Diseñé también su biografía pensando en las mujeres, que son las únicas que leen libros en este país.

- Ahora está muy de moda la novela histórica.

- A mí me encanta Cunqueiro, pero no todos lo leen. Debe haber gente para todo y todo para gente.

- ¿Sirve la literatura?

- No podemos alargar la vida, pero sí ensancharla al leer.

- Ha traducido a T. S. Eliott... ¿Cómo ve la poesía?

- Es el único medio que transmite la verdad. De la novela se podría prescindir, pero nunca de la poesía. La literatura empieza y termina en ella.