"Imprescindible" para completar la llegada de la Alta Velocidad a Galicia. Así califica el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) el proyecto de la subestación eléctrica de Bértola, una infraestructura que está ya ejecutada pero que no se llegó a poner nunca en marcha al quedar el proyecto paralizado después de las importantes protestas vecinales que se produjeron en Vilaboa contra esta instalación.

Fuentes del Adif confirmaron ayer que el ente ha solicitado a Red Eléctrica de España que retome la construcción de dicha subestación, tal y como adelantó ayer FARO. Lo hace, según el Adif, con el objetivo de garantizar la fiabilidad del suministro eléctrico del Eje Atlántico ante un previsible aumento de las circulaciones a finales de 2019, fecha prevista para el remate de la Línea de Alta Velocidad entre Madrid y Galicia tras la "reactivación de todas las obras en el corredor".

Desde el Adif recuerdan que en todo el Eje Atlántico hay dos subestaciones en funcionamiento, ambas en la provincia de A Coruña. No existe ninguna entre Santiago y Vigo, un tramo de 94 kilómetros, a pesar de que una infraestructura ferroviaria de las características del Eje Atlántico "precisa una subestación cada 70 kilómetros". Esta subestación no solo permitirá aumentar frecuencias (mayor número de trenes en las vías), "garantizando la regularidad del servicio y del suministro eléctrico, sino que posiblidad desde el punto de vista energético, una futura reducción de los tiempos de viaje". Pero es que además, aseguran que es necesaria la construcción de la subestación para que, en caso de incidencia en las otras dos instalaciones de Osebe O Meirama, "la zona sur del Eje Atlántico tenga el abastecimiento eléctrico necesario para su correcto funcionamiento".

Como si no hubiera presión

Fuentes del Adif explicaron con un símil la situación actual. Si el Eje Atlántico fuera una canalización de abastecimiento de agua, las dos estaciones de A Coruña que funcionarían como bombeo no son suficiente para enviar agua al sur. "Es como si el agua llegase bien al primer y al segundo piso pero se quedase sin fuerza para abastecer correctamente al tercero y el cuarto", indican. Con el incremento de la demanda previsto por la llegada de la Alta Velocidad, consideran que esta situación se agravaría y no se podría dar el servicio adecuado.

Desde Adif insisten en que, Pontevedra, a pesar de contar con cuatro estaciones en su territorio (Pontevedra, Vilagarcía, Redondela y Vigo-Urzáiz) no cuenta con ninguna subestación propia.

Clarificada la necesidad de contar con una subestación en el tramo entre Santiago y Vigo, desde Adif también se argumentó la razón por la cual se decantan por esta ubicación en Bértola que ha sido tan fuertemente criticada por los vecinos. Fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias insisten en que durante este tiempo en el que el proyecto estuvo paralizado se han estudiado diferentes alternativas, teniendo en cuenta no solo las necesidades técnicas del proyecto, sino "también su impacto visual y social en el entorno", concluyendo que la subestación de Bértola "es la solución" que "mejor responde a estas necesidades". No solo es la única alternativa "viable" técnicamente, sino que también es la solución que tiene "un menor impacto" tanto ambiental como visual y social.

Según los técnicos de Adif, la subestación proyectada "es de tipo blindado", encapsulado dentor de un edificio y rodeada con un apantallamiento vegetal.

"Las otras alternativas planteadas presentan un mayor impacto por su situación", dado que "obligarían a realizar desmontes, caminos de acceso...", y su mayor lejanía respecto a la subestación de tracción de Adif a la que ha de alimentar (ya construida junto a la línea ferroviaria) obligaría a tender cableado aéreo por encima de la población, siendo el impacto mucho mayor.

Además, parte de las instalaciones necesarias para garantizar las necesidades eléctricas del AVE están ya construidas y solo sería necesario equiparlas por lo que se cree que estarían a tiempo para la llegada de la Alta Velocidad a Galicia en 2019.