La Xunta confirmaba ayer que hará cumplir la sentencia de demolición de la casa de Santa Cristina de Cobres afectada por la ley de Costas, al mismo tiempo que los vecinos de Vilaboa reforzaban la vigilancia sobre la vivienda de Enrique López Patricio.

Es la primera de las 40 construcciones que afrontan un expediente de derribo en este municipio. Si el PXOM no se aprueba pronto para consolidar los núcleos de Vilaboa, tras la casa de López Patricio pueden ser muchas más las que sucumban a la piqueta. Por eso los vecinos están muy concienciados en la necesidad de apoyarse para impedir que esto suceda.

Estas son 6 de las historias que esconden la amenaza de un derribo que ha alterado este municipio de Pontevedra:

Enrique López Patricio: "Van a por el más débil"

Con su vivienda ya prácticamente vacía, Enrique López Patricio se ha instalado en una autocaravana, estacionada ante la entrada de su finca. Allí, con el resto de vecinos que también han acampado a su puerta, espera la llegada de la maquinaria pesada de la APLU. "Está claro que van a por el más débil, a por el que tiene una simple casa y menos medios para defenderse", lamenta el perjudicado.

Abel Meira: "La Administración debería mostrar sensibilidad"

Abel Meira y su pareja tienen una vivienda levantada a la misma altura que la de Enrique López Patricio, pero no está afectada por el deslinde de Costas. Se edificó antes de la ley de 1988. En todo caso Abel Meira se solidariza con su vecino y de hecho está colaborando con el campamento de resistencia creado por la Plataforma Salvemos Vilaboa para hacer frente al derribo previsto.

Martín Bermúdez: "Es un derribo por color político"

Para Martín Bermúdez lo que le ocurre a su vecino Enrique López "es una injusticia", que atribuye a causas políticas. "Es un derribo por color político", sostiene este vecino, quien argumenta que la casa del portavoz de la Plataforma Salvemos Vilaboa "lleva veinte años ahí y no tenía ningún problema, todo empezó cuando lo dejó con la conselleira de Pesca", recuerda.

José Antonio: "Mi vivienda está a salvo, pero no estoy tranquilo"

Compró su vivienda del lugar de Gundixe, en el límite de la franja de protección del litoral a inicios de los años noventa. La vivienda ya estaba iniciada y el arquitecto se aseguró de que cumpliese la normativa. "En principio nuestra casa está perfectamente legal, pero a la vista de lo que está ocurriendo alrededor te sientes inseguro siempre", explica este vecino de la vivienda que la APLU prevé derribar.

Ester Mariño y Uxío: "Somos trabajadores que vivimos aquí"

No todas las viviendas afectadas por las sanciones de la APLU están en la costa. También hay casas con expediente de demolición en terreno rústico, como son todas las levantadas en el lugar de A Graña. "Todos los expedientes son para demoler, y pagar multas mientras no lo hagas", explica esta pareja quien también destaca que los afectados "no son cuatro ricos que tienen el chalet en Vilaboa, somos personas normales, trabajadoras, perfectamente asentadas en el territorio y que contribuimos a desarrollarlo", explican.

Fran Calvo y Marcos Otero: "Estas casas se levantan con el trabajo de toda una vida"

"Mi casa está a salvo, pero tengo un pequeño galpón de trabajo que me mandan derribar y por no hacerlo ya me han llegado varias multas", explica Fran Calvo, vecino de Enrique López Patricio y cuya vivienda esquiva la línea de protección de Costas por muy poco. Sin embargo dentro de su finca tiene una nave de trabajo, en la que guarda sus aparejos, que está obligado a tirar. "Esta casa es el sueño de toda mi vida", explica