"Estamos justo en el linde, a 101 metros", explica Martín Bermúdez, quien se solidariza con sus vecinos afectados por amenaza de derribo. "Y los que no tienen orden de derribo están pagando multas cada vez más altas", lamenta este vecino del lugar de O Muiño. Aunque la vivienda está fuera de la línea de Costas, no así la finca que rodea la casa, en la que no se puede construir nada.

Para Martín Bermúdez lo que le ocurre a su vecino Enrique López "es una injusticia", que atribuye a causas políticas. "Es un derribo por color político", sostiene este vecino, quien argumenta que la casa del portavoz de la Plataforma Salvemos Vilaboa "lleva veinte años ahí y no tenía ningún problema, todo empezó cuando lo dejó con la conselleira de Pesca", recuerda.

Por otra parte, explica que si bien hay propiedades más afectadas que otras "en alguna medida todos los vecinos están afectados, unos más que otros, hay gente que paga multas muy altas y otros que tienen que tirar un galpón, un garaje... hay muchos perjudicados", lamenta.