Ampliaciones de viviendas, piscinas, garajes y otros inmuebles nunca declarados, así como graneros, galpones, gallineros y otros locales de uso agrícola son el objetivo de los vuelos fotográficos que Hacienda llevó a cabo ya en Pontevedra, pero que aún no aparecen reflejados en el balance global del pasado año en la capital.

Según ese resumen, el pasado año concluyó con 71.402 unidades catastrales, medio millar más que en el ejercicio anterior, con una tasación oficial (que sirve de base para fijar la cuantía del IBI) de casi 2.775 millones de euros, veinte más que doce meses atrás.

Se producen incrementos en todas las categorías, desde plazas de garaje a inmuebles de uso residencial (viviendas), así como en locales comerciales, oficinas e incluso de uso industrial, que pasaron de 1.093 a 1.127. En cambio bajó ligeramente el número de establecimientos de ocio y hostelería y se mantienen estables desde hace tiempo los edificios singulares (42), de sanidad y beneficencia (36), los inmuebles religiosos (42) y de espectáculos (5).

La mayor parte del valor catastral total del municipio procede de las viviendas, que suponen el 64% de toda la tasación al sumar unos 1.766 millones de euros. En segundo lugar, pero muy lejos aparecen los usos comercial (242 millones) de garaje (178) y oficinas (125).