Los accidentes de tráfico con ciclistas implicados se dispararon el pasado año en la provincia de Pontevedra. Así lo pone de manifiesto los datos facilitados por el Gobierno en su contestación a una pregunta parlamentaria realizada por el diputado socialista Miguel Ángel Heredia y que recoge datos sobre la siniestralidad que padeció durante los últimos seis años estos usuarios en las carreteras de toda España.

El pasado año se produjeron un total de 76 siniestros con ciclistas implicados, según los registros de Tráfico, frente a los 57 del año 2016, lo que supone un incremento de un 33% (19 accidentes más). Además, si la visión es a mayor largo plazo, los datos indican una tendencia continuada al alza en el número de accidentes de tráfico con ciclistas involucrados en la provincia. Y es que en 2012 las estadísticas señalan que tan solo se produjeron 33 accidentes de tráfico entre los usuarios de las bicicletas. La cifra fue subiendo hasta los 46 en 2013, los 79 en 2014 para alcanzar la escalofriante cifra de 107 siniestros en 2015, un año "negro" para los ciclistas en la provincia. A partir de ahí se bajó a 57 en 2016 pero el pasado ejercicio se volvió a registrar este nuevo repunte hasta los 76 del pasado ejercicio, lo que supone un 130% de incremento con respecto a seis años atrás.

El informe, además, recoge datos interesantes al separar los accidentes por cada tipo de vía. Así, cabe señalar que las vías interurbanas son las de mayor riesgo para sufrir un accidente para los ciclistas que en las urbanas. O al menos los datos así lo indican, salvo algunas fluctuaciones. Salvo ese año "negro" de 2015, cuando el número de siniestros fue similar en las carreteras de ciudad como en las que no; en el resto siempre fue superior la accidentalidad en los viales interurbanos.

Concretamente, si se analizan los datos del pasado ejercicio se comprueba que un 57% de los 76 accidentes con ciclistas involucrados se produjeron en viales interurbanos. El resto, un total de 24, se produjeron en núcleos de población.

Muertes en autovía

En la provincia de Pontevedra no se producen muertes de ciclistas en autovías o autopistas desde el año 2015. Justo el mismo ejercicio en el que Tráfico decidió prohibir la circulación a los usuarios de este tipo de vehículos por la peligrosa autovía de Marín que ya se había cobrado varios fallecidos en los últimos años. De hecho, era de los pocos viales de este estilo que permitían la circulación a ciclistas en la provincia. Hasta entonces, en Pontevedra habían perdido la vida cinco ciclistas en autovía o autopistas entre el año 2012 y el año 2015.

En cuanto a la gravedad de las lesiones, las cifras mejoran en 2017 respecto al año anterior. EN la provincia se registró un ciclista fallecido hasta el mes de noviembre. Es la misma cifra del ejercicio anterior. Además, mientras que en 2016 se registraron 15 heridos hospitalizados, en 2017 fueron cinco. Sí suben los heridos que no requirieron de asistencia hospitalaria que pasaron de 40 a un total de 75 el pasado año.

El pasado mes de enero, un bombero del parque de Pontevedra, A. C. P., de 40 años, sufría un grave accidente cuando regresaba a su domicilio de su puesto de trabajo en el parque municipal. Circulaba en bicicleta y un conductor lo arrolló y se fue del lugar del accidente sin prestarle ayuda.

Ya entonces, con la colaboración del colectivo ciclista Pedaladas, los bomberos pontevedreses realizaron una concentración ante la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra con el objetivo de pedir cambios legislativos que impidan que los conductores que huyen del lugar del siniestro se les pueda procesar por un ilícito penal aunque en el lugar de los hechos hayan más personas que pudieran prestarle auxilio al accidentado, como ocurrió en este caso con el personal de una gasolinera de Salcedo.

Dado que aquella movilización no tuvo la repercusión esperada, los bomberos de Pontevedra (de nuevo en colaboración con Pedaladas) realizaron ayer un peregrinaje a Santiago en Vigo para llamar la atención sobre esta problemática.

Los bomberos comparten con Pedaladas esta reivindicación y creen que la actual ley puede favorecer la fuga del lugar de los hechos a conductores bajo los efectos del alcohol y las drogas. Por esto piden que abandonar el lugar del accidente por parte de un implicado sea equiparable a un positivo por alcohol o drogas o con la negativa a realizar las pruebas, que ya es delito.