La Audiencia Provincial de Pontevedra retomó esta mañana el juicio contra la red galaicocolombiana acusada de intentar introducir en España los 1.200 kilos de cocaína que esperaban en enero de 2015 a bordo del buque "Coral I" a alguien que los fuera alijar hasta las costas gallegas en lanchas rápidas. El fiscal antidroga de Pontevedra, Pablo Varela, cree que la organización que iba a hacer ese trabajo es la liderada por el histórico Rafael Bugallo Piñeiro, alias "O Mulo" o "Felo", para quien pide una condena de 24 años de prisión. Sin embargo, Bugallo Piñeiro negó esta mañana en la Audiencia su participación en dicha operación de transporte de cocaína.

Recordando que él asumió y confesó los hechos en los anteriores juicios que se celebraron en su contra por narcotráfico, insistió en que, en este caso en concreto: "yo no tuve nada que ver". Entre otras cosas, porque no disponía de la infraestructura necesaria para salir al encuentro del pesquero cargado de cocaína con las habituales lanchas rápidas. La declaración de "Felo" fue en cierto modo escueta, respondiendo únicamente a las preguntas de su abogado, reconoció que lo único que hizo fue dejarle una emisora de radio a un "amigo" suyo, Jaime Iván Bolados, para ponerse en contacto con un barco en alta mar que tenía algún tipo de problema y estaba a la deriva, pero que desconoce la carga que traía ese buque, que resultó ser el "Coral".

Más extensa fue la declaración de este "amigo", Jaime Iván Bolados, a quien el fiscal sitúa como hombre de cofianza de Bugallo Piñeiro, en un amplio interrogatorio al que fue sometido por el Ministerio Público. En resumen, Bolados reconoció que sí actuaba bajo las órdenes de "O Mulo" y que habían estado preparando una superlancha en nave de Cabanas de Bergantiños con el objeto de utilizarla para actividades delictivas (no precisó cuáles). No obstante, insiste en que no iban a participar en la descarga de la droga del "Coral I" a pesar de que los colombianos también acusados le insistieron en que salieran al rescate del buque, que se hallaba en dificultades en alta mar, a la deriva y sin combustible ni motor.

Afirma que nunca les dijeron que su mercancía fuese droga y sostiene que, aunque quisieran, no podrían haber ido, tanto por problemas logísticos como de autonomía de la embarcación. Además, asegura que tampoco podían salir a lamar por el hecho de que su jefe, Bugallo Piñeiro, ya tenía "un compromiso" con otra organización. Pese a ello reconoce que a finales de diciembre de 2014 subió en varias ocasiones a la cima del monte Castrove en Armenteira para mantener contactos utilizando la ya citada radio que le proporcionó "O Mulo" con el buque "Coral I", acompañados por los colombianos que le pedían que acometiesen el "rescate" del barco.

También explicó la falta de "credibilidad" que generaba "O Mulo" entre todas aquellas personas que querían realizar algún negocio con él y con la planeadora que estaba modificando en Cabana de Bergantiños y más cuando Bugallo Piñeiro acudía a las reuniones con "pelucas" y "disfrazado". Asegura que estaban reformando aquella lancha con oscuros propósitos pero que esta desconfianza hacia O Mulo hacia que no se cerrase ningún encargo; "La idea era delinquir, pero no había con quien", afirmó "ninguna persona quería concretar nada con él", dijo refiriéndose a su jefe. Jaime Bolados incluso llegó a añadir sobre los disfraces y la forma de actuar de Bugallo Piñeiro que "aunque seas un delincuente, uno tiene que ser serio". Bugallo reconoció que utilizaba pelucas y disfraces para intentar esquivar a la Policía, dado que se encontraba entonces en busca y captura por operaciones de narcotráfico que llevó a cabo en el pasado.