Del mismo modo que el sector hostelero de la comarca y del resto de la provincia acumula dos años de excelentes resultados que permiten al sector alejar el fantasma de la crisis, el fenómeno del turismo rural ha experimentado una explosión en Pontevedra que se saldó el pasado año con una cifra récord de visitantes y que va camino de mejorar aún más a la vista de los datos de los tres primeros meses de 2018.

Así se desprende del análisis que acaba de elaborar el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre las pernoctaciones y actividad en los establecimientos extrahoteleros. Según este estudio, los establecimientos de turismo rural de la provincia, muchos de ellos asentados en municipios como Sanxenxo, Poio, Vilaboa, la comarca del Umia, Campo Lameiro o Cerdedo-Cotobade, por ejemplo, recibieron el pasado año casi 52.000 viajeros, lo que supone una media de más de 4.300 al mes. Es la cifra más alta de los últimos quince años, ya que el récord anterior se alcanzó en 2009 y 2007 con unos 43.000. Son nueve mil visitantes más.

Pero además, los datos del INE ponen de manifiesto que 2018 discurre ya con una mejor evolución que el pasado año. En los tres primeros meses de este año, estos albergues rurales sumaron casi cuatro mil inquilinos, con siete mil pernoctaciones. Son mil visitantes más (alrededor de un 37% de aumento) que en el mismo periodo de 2017, si bien los días de estancia media no llegan a los dos días por el momento.

Fue a lo largo de 2017 cuando se alcanzó también la cifra más alta de pernoctaciones, con más de 124.000, frente a las 106.000 del ejercicio anterior. Además, de los 52.000 turistas recibidos en los establecimientos rurales, el 27% eran de origen extranjero, frente al 23% de los doce meses anteriores. Por su parte, entre enero y marzo de este año, una época que no está considerada alta, el porcentaje de visitantes de otros países ronda el 9%.

Al igual que ocurre con el turismo convencional, de sol y playa y hoteles, los meses de julio y agosto son los que concentran mayor actividad para el sector rural. En estos dos meses del pasado año se superaron los 20.000 viajeros, el 40% del total de todo el año. Fueron 10.300 en agosto y casi diez mil en julio. Uno de cada cuatro turistas era extranjero.

Pero no es en esos dos meses más veraniegos cuando mayor porcentaje de turistas de otros países acude a los establecimientos rurales de la provincia. Aunque sí ocurre así por números absolutos, hay otros meses con mayor volumen de extranjeros con respecto a los españoles. En mayo, el 44% eran de más allá de nuestras fronteras, y se superó el 30% en junio, septiembre y octubre.

Según el INE, en la provincia hay hasta 154 establecimientos de turismo rural, si bien no todos abre el año completo. Así, en verano se llega a esas cifras, pero en otros meses apenas están en funcionamiento un centenar. De este modo, el personal empleado varía desde los casi 300 de julio o agosto a apenas 180 en otras épocas del año.

También oscila notablemente el grado de ocupación de las plazas, incluso en una misma semana. En días laborables de agosto del pasado año se registró una ocupación media de casi el 61%, pero aumentaba a más del 72% los fines de semana. Entre enero y marzo de este año, ese índice oscila entre el 4 y el 15% aproximadamente.