Además de encargarse de la recogida del material tóxico de la Universidad, la OMA es la encargada de asegurar el correcto mantenimiento de los espacios protegidos dentro del entorno de los tres campus.

El campus de Pontevedra se convirtió a finales de 2015 en el primero de España en obtener la bandera verde que lo calificaba como "Green Campus", una distinción otorgada por la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor, Adeac, la misma que concede las banderas azules de las playas. El recinto universitario pontevedrés se hizo merecedor del reconocimiento por su compromiso con la responsabilidad medioambiental y el desarrollo sostenible.

Por su parte, en el caso del situado en las Lagoas-Marcosande, cerca del 20% de su superficie se corresponde con espacios en los que se encuentran los hábitats más singulares y en los que se concentra la mayor parte de la diversidad biológica do campus. "Es una joya, se hizo un proceso de naturalización del campus que dio lugar a un ecosistema o microesosistemas perfectamente desarrollados y estabilizados", admite Bernardino Soto.

Junto a él, los miembros de la oficina de Medio Ambiente llevan a cabo acciones de creación y restauración de hábitats que permiten la conservación del entorno natural. "El campus está muy bien cuidado, no se actúa demasiado en él porque no es un jardín urbano. Por ejemplo, hay zonas que están llenas de silvas porque consideramos que es una zona interesante para que aniden los pájaros o para que se alimenten a través de las moras".