El patrón mayor de la Cofradía de Raxó, amigo y conocido de las víctimas, analiza el suceso y la seguridad en el mar un año después del hundimiento del Nuevo Marcos y ve que apenas se ha avanzado en seguridad.

-Se va a cumplir un año de un naufragio que conmovió a todos. ¿Qué sensaciones tiene, ahora viéndolo con más perspectiva?

-Fue algo que quedó marcado en el recuerdo de todos. Seguimos igual que estamos. Al mar tenemos que seguir yendo todos los días. Pero es duro pasar por esa zona. Lo primero que te viene a la cabeza es: aquí murieron tres hombres.

-Una vez la desgracia sucede, siempre se piensa que al menos servirá para cambiar algo. ¿Se han puesto las pilas las instituciones para mejorar infraestructuras y protocolo a nivel de seguridad?

-No. Nosotros seguimos teniendo los mismos medios de salvamento que teníamos antes. Yo pongo en duda que sean los adecuados. Y lo digo visto lo que pasó con el Nuevo Marcos, que tenía todos los medios de salvamento correspondientes, o incluso de más, y no funcionó ninguno.Ahora se está pendiente del informe de la CIAIM, que cuando salga esperemos que dirima lo ocurrido. Nosotros llevamos todos los medios, pero es que luego igual no funcionan. Yo sé que Capitanía se involucró, sobre todo desde Seguridad Marítima, y quieren demostrar que igual los medios que estamos llevando no son necesarios y otros más sencillos, a lo mejor, son más adecuados.

-¿El accidente se podía haber evitado?

-Llevamos un montón de medios de salvamento, pero hay cosas que son inevitables. A veces los medios son efectivos y otros no. Cada accidente es un mundo. Los medios que tenemos son los mismos que antes y creo que no se va a modificar nada. Hay un botón Distress en el HF, el DSC con número MSI… Pero claro, te tiene que dar tiempo a cogerlos. Al final, me parece que lo más efectivo es un móvil, porque siempre lo tienes contigo. Lo que pasó en el naufragio del Nuevo Marcos fue que se juntaron una serie de circunstancias desgraciadas. Aquí, en tierra, todos hubiésemos hecho las cosas de otra forma. Quizá lo lógico hubiese sido agarrarse a la batea. Pero en ese momento los nervios pesan.

-¿Es normal que un año después todavía no se sepa prácticamente nada?

-Sí, es normal que un año después no se sepa nada. La CIAIM tiene unos plazos. En este caso, sé que la persona que llevaba el siniestro del Nuevo Marcos se jubiló, por lo que ahora los que se encarguen, se tendrán que poner al día.

-¿La tragedia no ha servido para nada?

-Lo que queda claro es que tenía que estar señalizado desde hace tiempo el polígono. Pero el otro día leyendo en la prensa decían que van a balizar, menos este polígono. Si no lo hacen a fastidiar, lo parece. Si ahí hubiera un simple faro… Parece una burla y la administración algo tiene que decir. A algún mandatario se le tendría que ocurrir que si sale un presupuesto para balizar las bateas se debe iluminar este polígono. Lo que suele pasar después de un accidente es que todos actúan para que no vuelva a ocurrir. Que haya pasado no significa que no pueda volver a pasar.