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Modificando ADN desde la adolescencia

Los poienses Santi Janeiro y Carlos Casquero, alumnos del SEK, lograron en el último Galiciencia el primer premio al Mejor Método Científico con su estudio de hongos

Santi Janeiro (izquierda) y Carlos Casquero, en una de las aulas de laboratorio del SEK de Poio. // G. Santos

Modificaciones genéticas, experimentos con hongos y muchas horas de laboratorio. Cualquiera pensaría que estas labores están reservadas para científicos reputados, con una amplia gama de conocimientos y plenamente dedicados a la investigación. Pero Carlos Casquero y Santi Janeiro son dos jóvenes que se empeñaron a demostrar que la edad no está reñida con la innovación científica y las ganas de descubrir.

Hace unos meses, estos dos jóvenes de Poio, estudiantes del SEK Atlántico, obtuvieron el primer premio al Mejor Método Científico en la prestigiosa feria Galiciencia, que acoge trabajos de estudiantes y universitarios de toda España.

El galardón puede parecer sorprendente, porque se trata de dos estudiantes de Diplomatura de IB (Bachillerato Internacional) a los que todavía les falta más de un año para alcanzar la mayoría de edad. Pero cuando ambos empiezan a explicar su proyecto, los argumentos adquieren peso. Porque no cualquier alumno se dedica a modificar ADN con poco más de 16 años.

"Mi familia tiene una empresa de comercialización de hongos a nivel medicinal y alimenticio. Ya que estábamos dando en Biología la modificación genética, podíamos modificar genéticamente un hongo para que creciese más rápido", explica Carlos.

Todo surgió el curso pasado. Ganaron el concurso del colegio después de mes y medio de investigaciones. "Expusimos el hongo Pleutorus Ostreatus a luz ultravioleta tipo C durante unos tiempos determinados para hacer un análisis estadístico de su crecimiento, de sus hifas? Y obtuvimos unos resultados satisfactorios. El hongo crecía más rápido pero con una densidad de hifas menor", expone Santi.

Y a partir de ahí, a la Galiciencia del pasado noviembre, donde contaban con hacer un buen papel: "Teníamos expectativas altas. Fuimos a hacerlo bien y disfrutar. Ganar es un gran reconocimiento".

Su iniciativa destacó por la innovación y por supuesto, puede tener aplicaciones futuras. "Si así crece más rápido, puede generar una ventaja competitiva. Además, podría generar otros muchos beneficios", expone Janeiro.

Ahora, ellos sueñan con seguir por este camino de la ciencia que han iniciado. Sin prisa, pero sin pausa. Investigando y descubriendo a base de prueba y error. Con la cultura del conocimiento por bandera.

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