A las puertas de una nueva campaña de lucha contra los incendios forestales -el borrador del plan de este año fue presentado ayer por la Xunta- los municipios más afectados por el fuego el pasado año aún tratan de recuperarse de la oleada sufrida en octubre. Cotobade, Caldas y, sobre todo Ponte Caldelas fueron los municipios más afectados por las llamas, con miles de hectáreas arrasadas, y son estos mismos territorios donde se han concentrado desde entonces las subastas de madera quemada, según se refleja en las pujas convocadas oficialmente por la Xunta durante este año.

Desde enero hasta ahora son al menos 12.000 las toneladas de madera quemada que han salido a subasta y se han adjudicado en su mayor parte. De hecho, para estos días está prevista una nueva venta, con árboles procedentes de Laxoso (Ponte Caldelas) y Augasantas (Cotobade). Hasta el momento los ingresos reflejados por la Consellería de Medio Rural en estas operaciones superan los 150.000 euros.

La primera subasta de este año se convocó el 29 de diciembre pasado e incluía árboles de A Lama, Caldas y Ponte Caldelas, si bien en algunos casos, como el de A Lama, se trataba de ventas ya previstas de antemano y no derivadas de los efectos del fuego. Carracedo y Bemil, donde las llamas fueron más virulentas en el municipio caldense, concentran las operaciones en esa área, con al menos 1.700 toneladas ya adjudicadas por al menos 113.000 euros.

En Ponte Caldelas se pusieron en el mercado 2.800 toneladas procedentes de Laxoso y Chaín. Mientras en el primer caso quedó desierta la puja, el segundo lote se vendió por casi 29.000 euros. En Cotobade, por su parte, se pujó por más de 7.300 toneladas, pero apenas se ingresaron unos 7.000 euros, puesto que la mayor parte del material no encontró comprador. Es por ello que estos días se celebra una nueva subasta, con 5.200 toneladas de Augasantas (Cotobade) y 1.000 más de Laxoso (Ponte Caldelas) con una tasación conjunta de unos 55.000 euros aproximadamente. En todos los casos se trata de eucaliptos y pinos.

En cuanto a los compradores, aparecen diversas empresas madereras, que resultan adjudicatarias al presentar la mejor oferta. Llama la atención que en varias subastas de madera quemada en Moaña, Catoira, Ponteareas o Nigrán aparece Ence entre los licitadores, pero en todos los casos la Consellería de Medio Rural añade la anotación de "excluido" y no figura como comprador final en ninguna de las pujas.

En diciembre pasado Ence anunció que priorizaría la compra de madera de los montes afectados por los incendios del pasado mes de octubre en Galicia con el fin de que "el propietario pueda acometer la restauración de su terreno lo antes posible". No obstante, la compañía aclaraba que no puede consumir madera quemada en su proceso de producción, pero sí puede aprovechar aquella que solo fue afectada por el fuego en su corteza. "La madera que Ence puede utilizar tiene siempre que estar libre de carbonilla una vez descortezada para poder cumplir los exigentes estándares de calidad necesarios para la producción de celulosa", añadía la empresa.

Según la firma, los principales montes vecinales en mano común de las zonas que resultaron alcanzadas por los incendios y Ence ya se pusieron en contacto para evaluar la situación de su madera y poder preparar una oferta por la cantidad de madera que se pueda utilizar para la producción de pasta.