El juzgado de instrucción de guardia de Pontevedra decretó ayer la puesta en libertad de los dos únicos detenidos, por el momento, en relación con los hechos que derivaron en una multitudinaria batalla campal entre integrantes de dos familias de origen rumano. Los dos quedaron libres pero investigados, ambos por un posible delito de abuso sexual a dos menores que denuncia una de las familias. A uno de ellos se le investiga también por un delito de atentado a la autoridad, según confirmaron fuentes conocedoras del caso.

Y es que lo sucedido el pasado domingo en Pontevedra está lejos todavía de aclararse por completo. Así, este diario pudo saber que no sería una sola víctima menor de edad sino dos las menores que según denuncia una de las familias (enemistada con la otra desde hace tiempo) denuncia que habrían sufrido abusos por parte de miembros de la otra familia. Fuentes judiciales apuntan a que esta investigación está todavía en una fase preliminar, "muy verde", y deberán realizarse nuevas investigaciones. En cualquier caso, el juzgado ha decidido decretar una orden de alejamiento por parte de los dos detenidos hacia las menores que habrían sido víctimas de esos hechos ocurridos instantes antes de la reyerta en la playa fluvial de Monte Porreiro, sobre las ocho de la tarde. Se trata de dos menores que no residen en Pontevedra, aunque sí parte de su familia.

Poco tiempo después se presentó una denuncia en Comisaría por estos supuestos abusos y ello pudo ser el detonante de que miembros de la otra familia y alguno de los denunciados se presentase instantes después en casa de familiares de las víctimas a pedir explicaciones, en donde fueron recibidos con una lluvia de objetos y se desencadenó la trifulca sobre la una de la madrugada. Una trifulca que terminó, como ya se sabe, con tres agentes heridos. También queda mucha "tela que cortar" en lo que se refiere a la investigación de la riña tumultuaria y la agresión a los agentes que se produjo en la calle. La Policía Judicial de la Comisaría de Pontevedra está trabajando para identificar en su totalidad a todos los participantes en la batalla campal y fuentes de la Fiscalía confirmaron que es probable que se abra un procedimiento judicial separado para investigar estos hechos. De esta forma, se indagaría por un lado estas denuncias por supuestos abusos, que todavía están por confirmar, y por otro la reyerta multitudinaria que tuvo lugar en plena calle y que tanto alarmó a los vecinos. Los testigos afirman que unas 40 personas pudieron estar involucradas en la reyerta, mientras que la Policía Nacional contabilizó a unos 25. Uno de los dos detenidos llegó a intentar agredir a los agentes de la Policía Local con un martillo.