El Concello de Poio presentó ayer sus presupuestos para este ejercicio de 2018. Unas cuentas que el ejecutivo local calificó como "expansivas" porque "siguen creciendo" y permiten "seguir invirtiendo más", además de mantener "congeladas las tasas e impuestos".

Este año, Poio contará con un presupuesto total de 11,97 millones. La cifra no es la más alta de su historia, pues en 2008 alcanzó los 12,6. Pero sí se logra la mayor cantidad de recursos propios, ya que estas partidas locales superan en más de 900.000 euros a las de hace diez años.

En este sentido, tanto el alcalde, Luciano Sobral, como la teniente de alcalde, Chelo Besada, y el edil de Facenda, Xulio Barreiro, expresaron que las cuentas van "en consonancia" con el modelo de gobierno y un ayuntamiento que "sigue creciendo", como demuestra la notificación recibida por parte del Ministerio sobre el padrón municipal, que ya ha superado los 17.000 habitantes.

Los 11,97 millones totales del presupuesto suponen un crecimiento en la previsión de gastos del municipio del 7,68% con respecto al año pasado. En 2017, la cantidad era 854.000 euros menor.

Los representantes políticos del gobierno local destacaron que "el buen trabajo" ha hecho que la reducción de la deuda en el último año fuese de 583.000 euros. En los últimos seis años, el gobierno local ha rebajado esta deuda en más de 3 millones y ahora el porcentaje se sitúa en el 46%. "En 2011 el porcentaje era del 106%. El PP, tirando de catastrofismo, decía que no se podía sacar adelante pero se ve que sí", destacó Besada.

Más inversiones

El capítulo de inversiones es uno de los más destacados dentro de las cuentas municipales de este año. Poio prevé un incremento del 152% con respecto al 2017. La idea del Concello es gastar 896.000 euros de fondos propios en actuaciones. Destacan los 280.000 euros reservados a la ampliación del cementerio municipal, los 195.000 euros para la recuperación de patrimonio histórico o los 140.000 en viales. También hay partidas importantes para saneamiento y alumbrado público, pero la idea es "no cerrar" los proyectos concretos para poder completarlos con subvenciones.

Si crecen las inversiones es porque también lo hacen los ingresos. Las arcas municipales recaudará en torno a 850.000 euros más que el pasado ejercicio. La subida se explica, sobre todo, por el aumento de la cantidad que Poio recibirá en cuestión de impuestos directos. El incremento es del 17,8% respecto al 2017 y llega a los 4,4 millones. Esto se debe a la mayor recaudación por IBI derivada de la regularización catastral así como del Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica.

Los impuestos indirectos crecen de 70.000 a 115.000 euros (+64%) por "las estimaciones realizadas fundamentalmente en base a la recaudación realizada el año pasado".