| Contemplar las exposiciones, participar en un taller culinario, aprender a elaborar libros con cartón, aprender un poco más de las lenguas indígenas prehispánicas, disfrutar de cuentos milenarios, ensayar a dibujar la poesía y así experimentar a ser poetas visuales... Las actividades se multiplicaron ayer en el Salón do Libro, que recibió su primera gran avalancha de visitantes, públicos de todas las edades pero muy especialmente familias con niños. También recibió a grupos como el formado por el centenar de niños convocados por Cruz Roja Juventud en su Encuentro Provincial de Menores. Se concentraron en el colegio Manuel Vidal Portela para caminar hasta el Pazo, donde asistieron a la sesión "Contos que cruzan océanos", que condujo Bea Campos y en la que disfrutaron de historias de México que viajaron por el Atlántico en las maletas de las contadoras Alondra Ramírez y María Guiexhooba.