La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra tenía señalado para las 10.15 horas de ayer el juicio contra un hombre acusado de abusar sexualmente de una joven en A Estrada. La acusación particular eleva la petición de prisión de la Fiscalía de seis a diez años, incrementando también la cuantía de la indemnización solicitada en favor de la mujer presuntamente agradecida. El Ministerio Fiscal solicitó en su escrito de acusación una indemnización para esta estradense, en concepto de responsabilidad civil, de 50.000 años por daños morales y secuelas psicológicas.

Por su parte, la letrada que representa a la joven -la abogada Inés Barreiro- solicitará para ella una indemnización de 100.000 euros. "Entendemos que los daños que ha padecido, las secuelas, le van a quedar prácticamente de por vida", estimó Barreiro.

El juicio tuvo que suspenderse ayer por la incomparecencia de la abogada que representa al acusado. Según se indicó, esta habría aportado un informe médico para justificar su ausencia en esta vista, si bien la sala le habría solicitado la presentación de otra certificación médica más completa.

"La incomparecencia de la otra letrada nos causa un perjuicio a todos porque hay que ir otro día pero sobre todo a la víctima porque afrontar esta situación es muy difícil, muy dolorosa", apuntó Inés Barreiro, quien señaló que su clienta estuvo acompañada por la psicóloga "todo el tiempo". "Retrasar esto es volver a vivir esta experiencia nuevamente y es muy traumática", apostilló la letrada.

Finalmente la vista se señaló para el jueves de la próxima semana -12 de abril- a la misma hora que estaba prevista ayer (10.15 horas).

Los hechos denunciados tuvieron lugar presuntamente la noche del jueves 25 de agosto de 2016. Según el relato de los hechos recogido en el escrito de acusación de la Fiscalía, la joven "salió de fiesta con tres amigos, entre los que se encontraba el acusado. Tras tomar varias bebidas alcohólicas, comenzó a sentirse muy indispuesta, hasta el punto de perder el conocimiento, por lo que sus amigos la llevaron hasta su casa, sita en A Estrada, dejándola en el sofá. Un tiempo después, sobre las cinco o las seis de la madrugada, sabiendo que la puerta había quedado abierta, se encontraba sola y completamente ebria, el acusado regresó a su domicilio con el propósito de satisfacer su ánimo libidinoso aprovechando que difícilmente podría impedírselo". A partir de ahí, se ofrecen un detallado relato del presunto episodio.

Como consecuencia de estos hechos, el citado escrito explica que la joven "requirió atención psicológica y tratamiento psiquiátrico, con ansiolíticos y antidepresivos. Como secuelas psicológicas, permanece sintomatología propia de un trastorno de estrés postraumático, con una relevante ansiedad, la presencia de un síndrome afectivo grave, y depresión mayor. Se advierte un fuerte sentimiento de estigmatización que puede provocar un gran aislamiento y restricción social; así como la presencia de sentimientos de ira, rabia, frustración y desamparo relacionados con los hechos. En abril de 2017 proseguía con tratamiento psicológico". La mujer denunció los hechos el día 3 del mes de octubre de 2016.

El Ministerio Público consideró los hechos constitutivos de un delito de abusos sexuales con acceso carnal, por lo que pide una pena de prisión de seis años y otros seis de libertad vigilada, así como que el acusado indemnice a la víctima con 50.000 euros.