Frente a la resignación, la impotencia, la indiferencia o la amnesia, se necesita un mensaje en positivo de que es posible construir, o quizás en realidad reconstruir, una sociedad para todos. Es el proyecto colectivo "frente a la inmoralidad y la desesperación" al que se dedica la 35 edición de la semana Galega de Filosofía (SGF), que ayer abrió sus puertas en el Teatro Principal.

Cientos de congresistas se dan cita en la nueva entrega del encuentro internacional, que convoca en esta ocasión a 15 ponentes para pensar desde distintas ópticas y áreas científicas el tema de lo colectivo o lo comunitario, bajo el título de "Filosofía e o común". Entre ellos, la pensadora feminista y profesora de la Universidad Hofstra de Nueva York Silvia Federici, que en la conferencia inaugural incidió en que el concepto de lo común "que parece arcaico, se está revitalizando", una lógica alternativa a la del capitalismo "que está destruyendo nuestra vida".

Recordó que una organización comunitaria de vida ha sido históricamente "la forma más importante de la humanidad", el compartir la riqueza natural y la producida, reproduciendo la vida "con la cooperación y no con la competencia".

La ponente hizo un repaso al desarrollo del capitalismo desde el periodo feudal y las intensas luchas campesinas de los siglos XIV y XIV oponiéndose al desarrollo del capitalismo, que "destruye todos los entramados comunitarios" y aboga por "la privatización de las tierras comunales, de los bosques".

En este periplo aludió a la conquista del continente americano, fundada sobre "el despojo sistemático de las personas, la capitalización de la tierra, de las aguas" y a la globalización, el nuevo despojo que hoy se enfoca en Libia, Afganistán o Somalia, en la concentración más importante de minerales y petróleo etc.

El saqueo, añadió, no se limita a los bosques o las aguas sino que "una condición fundamental ha sido históricamente, y lo sigue siendo, la apropiación para el estado y el capital del cuerpo de las mujeres... El trabajo de la mujer es lo que mueve la sociedad porque produce los trabajadores, los productores", un trabajo doméstico, de cuidado y amor que ha generado ingentes riquezas para la sociedad capitalista y que de hecho es el motor de esta sociedad y una condición base para su desarrollo.

En paralelo a la apropiación de su trabajo, el sistema destruye muchos aspectos de las mujeres como "los saberes que poseían y poseen como formas de contracepción, de curanderas" o propiedades de las plantas, saberes anulados por lo que calificó de "caza de brujas" y que también incluye "la destrucción de los entramados comunitarios que formaban las mujeres, como el parir, que era un evento comunitario". Todos esas redes colectivas han sido "demonizadas para someterlas a una lógica muy diferente, al igual que el trabajo de la reproducción y la vida".

Frente a estos escenarios (Federici también analizó la relación directa entre el avance del capitalismo y el patriarcado y la destrucción ambiental) la conferenciante aludió a la capacidad de recuperar el poder "y crear formas de autogobierno y solidaridad social", saliendo de la relación de competencia.

Se refirió entonces a comedores comunitarios, huertos urbanos y en general a una vuelta a lo comunitario "que se está desarrollando simultáneamente en muchos países del mundo, caso de Estados Unidos, añadió, donde "se están difundiendo formas de vida y de relacionarnos que son distintas, como los banco de tiempo".

Y es que al aludir a lo común o comunitario "no hablamos de cosas materiales, sino de relaciones y organización social. Son manifestaciones concretas de una forma de pensar la sociedad de forma diferente", explicó, porque la tierra nos pertenece a todos, es un bien común que no puede privatizarse.

La riqueza real, las relaciones

La riqueza real, destacó para concluir, "es la relación con los otros, el no afrontar solo el sufrimiento de la vida y saber que si tienes un problema, tienes una comunidad que te apoya", una perspectiva que "se está expandiendo" ya que el entramado comunitario es fundamental para reproducir nuestra vida y así "garantizar un futuro que cada vez parece más incierto".

Esta visión optimista también se extendió a la organización del congreso a la vista de la masiva respuesta del público, que hizo cola desde media hora antes del inicio de la SGF para acceder al Teatro Principal.

"Estamos bastante contentos sobre todo por la matriculación, un poco sorprendidos por la afluencia, por la cantidad de gente que viene, especialmente gente joven, que es algo que nos alegra mucho, conseguir que los jóvenes se acerquen a un foro de este tipo", señala Ana Regueira, coordinadora del Aula Castelao, entidad cultural que celebra cada año el simposio.

A propósito del tema del congreso, manifestó a los periodistas que "creemos que un tema interesante, sobre todo en este momento en que estamos todos un poco desmoralizados con cómo está yendo la sociedad, cómo está funcionando todo, y éste es un intento de una visión en positivo, cómo podemos recuperar comunidad, recuperar lo colectivo y desarrollar mecanismos para una convivencia digna y moralizar la sociedad. Muchas veces nos decís que somos siempre muy críticos y quiero creer que es una visión en positivo en este caso, nuestra visión es esa, y además darla desde perspectivas muy diversas"

Los encargados de dar la bienvenida a los congresistas fueron el alcalde, Miguel Fernández Lores, que encabezó el acto de apertura, el secretario del Colegio de Abogados, Alberto Lastres, el diputado provincial de Cultura, Xosé Leal, Manuel Morquecho, de la Universidad de Vigo, y la presidenta del Aula Castelao.

Tanto Alberto Lastres como Xosé Leal apuntaron a la importancia de hablar de lo común, lo que nos hace diferentes y nos une, mientras que Manuel Morquecho incidió en la relevancia de "participar en estos eventos en los que la cultura lo es todo".

El regidor capitalino cerró el turno de intervenciones y se refirió especialmente a que la defensa de lo público es en realidad la defensa de toda la sociedad, "protegerla de los excesos de la avaricia, de la explotación y de las inercias que los poderes económicos ponen en nuestras vidas, empujados por las ansias capitalistas de acumular capital y aumentar las desigualdades".

Señaló en este punto a Pontevedra como una clara apuesta por lo común, por ganar las calles y plazas para la vida colectiva, luchando en paralelo contra el cambio climático y convirtiendo la ciudad en un espacio igualitario.

En la sesión de tarde (centrada específicamente en la realidad de Galicia) participó el arqueólogo y feriante Xosé Lois Vilar Pedreira, con la ponencia "Amando o común", y en la de noche (la de carácter más divulgativo) la historiadora y profesora de la Universidade Nova de Lisboa Irene Flunser Pimentel, que ahondó en el tema "Refugiados judeus em Portugal, no contexto da II Guerra Mundial e da Shoah".

Y tras este intenso arranque la SGF continúa hoy a partir de las 10.30 horas con la intervención de Francisco José Martínez, profesor de la sede central de la Uned, que interviene en la sesión de mañana, la de carácter más estrictamente filosófico, con la conferencia "Privado, público y común, a partir de Deleuze y Neri". Tomará el relevo a las 17 horas el historiador y profesor Xosé Carlos Morgade con la ponencia "O que é do común non é de ningún", dedicada a los montes vecinales; y a partir de las 20 horas el economista Daniel Raventós hablará de "Justicia y racionalidad de la Renta Básica Incondicional".