La intensa lluvia caída desde la tarde del jueves y a lo largo de todo el viernes obligó a celebrar los actos religiosos de la Semana Santa en el interior del Templo Nuevo de Marín.

Los fieles llenaron la iglesia para presenciar las procesiones del Encuentro y del Santo Entierro. Así, la procesión del Jueves Santo tuvo lugar, como es tradición, a medianoche. Si no lloviese sería todo un espectáculo ver como los dos itinerarios, uno con la Virgen María y el otro con Jesús cargando la cruz se encuentran en la plaza de España, para formar después una única procesión. Esta vez, no pudo ser, ante el pesar de los cofrades y fieles, a causa de los intensos aguaceros que obligaron a las cofradías a trasladar el acto al interior del Nuevo Templo marinense, pero no por ello resultó menos emotivo.

Las dos imágenes, madre e hijo llevadas a hombros por los cofrades, se juntaron en mitad del pasillo central de la iglesia ante el silencio y la emoción de los feligreses.

Santo Entierro

La procesión de Cristo Crucificado, prevista para la mañana del viernes, tampoco se pudo celebrar por las calles del centro urbano, al igual que ocurrió con el Santo Entierro.

Pero en este caso, a las diez de la noche del viernes el acto religioso se llevó a cabo también dentro de la iglesia para evitar la lluvia. Y una vez más el templo se quedó pequeño para acoger a tantos fieles que quisieron arropar la imagen de Cristo.

Marín despidió así la programación de la Semana Santa con el pesar de que sus dos principales actos religiosos no han podido celebrarse por las calles de la ciudad donde se agolpan miles de personas.

Domingo de Ramos

Solo el Domingo de Ramos se logró celebrar, en este caso en el entorno del Templo Antiguo con la posterior procesión hacia el Nuevo Templo.