Acumula 23 años en el poder. Y en esas más de dos décadas con el bastón de mando de Poio en las manos, Luciano Sobral ha tenido tiempo para ver cómo varios de los proyectos con los que llegó se han ido concretando y transformando al municipio en un lugar mejor. Pero también ha comprobado como otras iniciativas se han ido estancando con el paso de los años pese a los intentos de desenquistarlas.

Ahora, Sobral y su equipo de gobierno afrontan el sprint final de este quinto mandato consecutivo con el objetivo de seguir abarcando la gestión del día a día municipal, pero también tratar de cerrar o encauzar varios de los proyectos más ambiciosos como aval para lograr una sexta reelección. Quien sabe si con Sobral a la cabeza o no.

El PXOM, las aceras de Campelo, el Pabellón Municipal de A Seca y la construcción del nuevo centro de salud son las iniciativas más importantes y ambiciosas que el Concello deberá gestionar, solo o acompañado de otras instituciones, de aquí a junio de 2019, cuando están previstas las elecciones municipales, coincidiendo con las europeas.

| PXOM. Es uno de los grandes debes del actual equipo de gobierno. El tema salpica también a anteriores corporaciones. El Plan Xeral de Ordenación Municipal fue aprobado hace casi diez años. Pero desde entonces ha estado pralizado. Los problemas económico-financieros de la empresa encargada lastraron un proyecto que ahora ha pasado a manos de otra entidad en los mismos términos. Ahora, será esta nueva empresa la encargada de actualizar el Plan Municipal, con el objetivo de avanzar en él y dejarlo prácticamente listo para su aprobación definitiva hacia el final del mandato actual del equipo de gobierno. Para ello, el documento tendrá que adaptarse a la nueva Lei do Solo.

| Campelo. El Concello confía en poder iniciar el proyecto de construcción de las aceras de Campelo antes de que finalice este año. La iniciativa comenzó a ser gestionada a principios de la década con la anterior Diputación, responsable del vial, pero el cambio de gobierno provocó primero un retraso que ahora tiene su contraprestación debido al nivel de afinidad. El actual ejecutivo provincial se entiende con el bipartito poiense y éste ya ha remitido toda la documentación necesaria. Ahora, la pelota está en manos de la Diputación, que debe cerrar el proyecto, ya modificado y que no obliga a ceder tantos terrenos a los vecinos, y el convenio final.

| Centro de salud. El gran tema de los últimos meses. El Sergas se comprometió a construir uno nuevo y desechar Anafáns, algo que el Concello acepta, pues fue su pretensión inicial. Los inicios de las negociaciones fueron positivos, con ambas instituciones colaborando mano a mano. Sin embargo, desde diciembre no hay novedades. El Concello ofreció cuatro posibles ubicaciones y el Sergas remitió un último convenio en el que se incluía el cierre de los consultorios de Raxó y Combarro, algo que ningún grupo político de Poio acepta, como así ha remitido el Concello a la Xunta.

| Pabellón. Es una necesidad para los clubes y un viejo anhelo del actual gobierno, que necesita la colaboración con otras instituciones para financiar la reforma. Existen ideas, pero nada realmente plasmado en un papel presentable a otras administraciones.