El Pontevedra salvó la primera de las siete finales que tiene por la permanencia en Segunda B al golear a un Talavera de la Reina que, con su falta de intensidad y de entrega, evidenció que ya no se juega nada esta temporada. El conjunto granate supo aprovechar esta apatía del rival, sobre todo en la primera parte, para encarrilar un partido vital para sus opciones de mantenerse en la categoría de bronce. Un gran Mouriño, que brilló en el primer tiempo y llevó el timón del equipo en ataque, y una buena actuación de Éder, con dos goles, fueron las claves del contundente triunfo de la escuadra que dirige Luismi; tres puntos balsámicos y que suponen una buena inyección de moral al equipo pontevedrés, que se va de vacaciones (hasta el lunes) con otra cara.

En los primeros compases ninguno de los dos equipos destacó por la fluidez de su juego, pero el Pontevedra ya dispuso de las primeras ocasiones, aunque no estuvo acertado en la finalización. En el minuto 11, el árbitro no dudó en señalar un penalti de Mario sobre Mouriño. La pena máxima la convertiría David Añón.

Con la confianza de ir por delante en el marcador, el cuadro pontevedrés se soltó y tuvo sus mejores minutos, con un Mouriño inspirado que a punto estuvo de aumentar distancias con un bonito disparo de rosca con el que buscaba la escuadra, pero que se le fue ligeramente desviado.

Llegó entonces el 2-0, en una contra tras un robo del Pontevedra. Mouriño recibió solo en el área y le dio un pase de la muerte a Éder, que solo tuvo que empujar la pelota a la red.

Antes del descanso, el Talavera puso a prueba los reflejos de Edu bajo palos, en un centro de Víctor Andrés que Jesús Jiménez remató a bocajarro y el meta rechazó. Después, tras una combinación, Villarejo se internó por la izquierda y sacó un centro-chut que por poco, y ante la relajación de Adrián León, puntea Espinar en el segundo palo.

En la reanudación, el conjunto visitante salió más enchufado y tuvo más la pelota. Avisó primero con un envío largo de Villarejo a Jesús Jiménez, que le ganó la espalda a Darío Flores, pero el propio central uruguayo enviaba a córner. Respondieron los granates con un disparo de Mouriño a la media vuelta que se estrelló en el larguero.

Minutos después, el balón se volvería a estrellar en un larguero, pero el de la otra portería. Fue en un centro de Jorge desde la izquierda que Darío, en su intento por despejar, casi mete en su propia meta.

Nada más salir al campo, Jorge Hernández hizo una jugada personal por la izquierda, se fue de dos rivales, encaró portería e hizo el 3-0 con un buen disparo cruzado. Cuatro minutos después, Éder sentenciaba de cabeza a pase del propio Jorge.