El padrón municipal tenía contabilizados a 31 de diciembre de 2017 un total de 3.419 niños de menos de cuarto años. Supone un descenso de 51 con respecto al ejercicio anterior y de más de 700 si se acude a los datos de hace una década, cuando se superaban con creces los 4.100.

De los 3.419 actuales, 591 eran recién nacidos, otros 670 tenían un año, 689 cumplían dos, 717 eran de tres y 752 ya contaban con cuatro años. En este evolución por edades también se pone de manifiesto la caída de la natalidad, puesto que hace diez años eran más los recién nacidos que los de cuatro años. Ahora es todo lo contrario.

Por su parte, el número de pontevedreses de 65 o más años supera a día de hoy las 16.760 personas, doscientas más que en 2016 y casi 3.400 por encima de las que se registraban en 2008, cuando apenas eran 13.400 los mayores de esa edad.

Con los datos del padrón en la mano se pone de manifiesto que solo hay un menor de cuatro años por cada dos vecinos por encima de los 77. Con esa edad o más hay a día de hoy casi siete mil pontevedreses, el doble que niños muy pequeños.

Pensionistas

En los catorce municipios de la comarca de Pontevedra residen unos 38.800 pensionistas de la Seguridad Social. Esta cifra supone que más del 20% de la población total de la comarca cuenta con ingresos de la Seguridad Social y no disponen, en principio, de otro tipo de ingresos, por lo que están excluidos ya del mercado laboral. Aunque el aumento es generalizado en toda la comarca, destacan los notables aumentos, desde 2011, de Poio (12%), Pontevedra y Sanxenxo (de un 10%), Marín (8%), Vilaboa y Caldas (en torno a un 6% de crecimiento). En la capital se concentra más de la mitad de los nuevos pensionistas desde 2011, ya que en estos cinco años se constatan 1.300 personas más, para alcanzar un padrón total de unos 14.700, es decir, el 18% de toda la población municipal.

Asimismo, en el municipio estaban empadronados a finales del pasado año un total de 44 centenarios. Son cuatro menos de los inscritos doce meses atrás, pero supone el doble de los registrados hace una década, cuando había apenas 21, lo que pone de manifiesto que la esperanza de vida crece. Este fenómeno, único a la caída de la natalidad, deriva en un preocupante envejecimiento de la población.

De hecho, entre ochenta y uno y noventa años había en diciembre 4.119 pontevedreses, mientras que con edades comprendidas entre los 91 y los 99 había 815.

Entre los 44 centenarios, dieciséis tenían cien años y otros ocho llegaban a 101, mientras que cinco contaban con 102 años. Hasta los 103 llegaban otros cuatro pontevedreses, el mismo número que los que habían cumplido 104. De 105 eran tres y había un caso de 106, así como dos de 107. No estaba contabilizado ningún vecino de 108 años, pero sí uno de 109, una longevidad que no se constató en ninguno de los años precedentes en todo el municipio.