Es algo habitual en esta época del año, pero no deja de sorprender e incluso preocupar. Los restos de mamíferos marinos muertos siguen llegando a la costa gallega, localizándose al menos una veintena de cetáceos varados en las dos últimas semanas.

Tanto o más llamativa que los delfines comunes y mulares detectados en días pasados resulta la localización de un cachalote, descubierto ayer sobre la arena en la playa de A Lanzada.

Es un ejemplar macho de más de diez metros de largo descubierto en avanzado estado de descomposición, lo cual dificulta enormemente la realización de la necropsia para tratar de conocer las causas de su muerte y saber más sobre la especie.

Aún así se recogieron muestras a cargo de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma), cuyo máximo representante, Alfredo López, confirma que el actual es un momento complicado para los delfines.

"Este cachalote en concreto llevaba mucho tiempo muerto en el mar, quizás más de un mes, y lo que ha sucedido es que las intensas corrientes lo han arrastrado sobre la arena, como sucedió durante las dos últimas semanas con más de veinte delfines", argumenta Alfredo López.

En el Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI), que dirige Bruno Díaz, también coinciden al señalar que en esta época del año, a causa de los intensos vientos y las fuertes corrientes, "aumenta sensiblemente el número de animales que o bien perecen, en buena parte de los casos a causa de la pesca accidental, o bien ya estaban muertos y acaban tirados sobre la orilla".

Las mismas fuentes, y de ello también son conscientes los responsables del proyecto Chasula Birds, saben que no solo los mamíferos marinos sufren las consecuencias de los temporales. "También las aves pelágicas atraviesan problemas y mueren, algunas directamente afectadas por el temporal y otras debido a las dificultades que atraviesan para alimentarse", argumentan los biólogos.