Una lista de espera oficial de 409 pacientes y una demora media de casi 36 días, que no ha dejado de aumentar en los tres últimos años. Son los fríos datos de la situación por la que atraviesa el único equipo estable de resonancias magnética del Complejo Hospitalario de Pontevedra, que ha acabado por forzar al Sergas a adquirir una segunda unidad. Con un presupuesto de algo más de 519.000 euros, la Consellería de Sanidade abrió ayer el proceso para comprar un segundo aparato de este tipo para Montecelo y que se espera que esté en servicio este mismo año.

Su necesidad es evidente, ya que es la segunda prueba de radiología con más retraso, solo por detrás de la ecografía abdominal, que llega a 36 jornadas de espera, según los últimos datos oficiales del Sergas, a 31 de diciembre de 2017. Los 35,8 días de espera por una resonancia magnética en esa fecha revelan que los retrasos no han dejado de crecer en tres años.

Llegó a ser de apenas 26 días

Así, en diciembre de 2015 llegaron a acumularse 41,2 días de espera media, que bajaron a 26 en junio de 2016 pero seis meses después ya subió a treinta y se situaba casi en 34 en junio de 2017. Eso sí, el número de pacientes integrados en esta lista sí experimenta notables oscilaciones, ya que antes de los 409 registrados oficialmente a día de hoy llegó a haber más de 700 seis meses antes.

Ante esta situación, y con un único aparato trabajando a tiempo completo, con las necesarias paradas técnicas, el CHOP llegó a instalar una unidad móvil de resonancia magnética en el patio trasero exterior del Hospital Provincial.

El Sergas emitió ayer un comunicado en el que informa del proceso para adquirir este nuevo aparato fijo, para Montecelo, pero no hace referencia a las esperas actuales. Sanidade indica que además de la compra de la tecnología necesaria, la actuación incluye "la adecuación de una serie de locales del Hospital Montecelo para la instalación de la nueva unidad, así como la reubicación de estancias servidoras del aparato ya existente en esas instalaciones, emplazado en su planta 1".

Aclara que esta segunda unidad "se enfoca principalmente a los pacientes hospitalizados y en ella se emplazará la zona de espera de camas", mientras que la sala de informes "será compartida para toda la unidad y se situará en una dependencia ya existente" .

Indica también el Sergas que "la instalación de la nueva sala de resonancia se situará en la zona inmediata a las dependencias asistenciales ocupadas por la existente, de modo que se integren ambas en una misma unidad funcional que, tras la conclusión de las obras, tendrá una dimensión de 459,25 metros cuadrados. Contará con una sala técnica y una sala de control, nueva zona de recepción para pacientes externos, sale de espera y aseos".

De esos casi 460 metros cuadrados, las dependencias específicas para los dos equipos de resonancia suponen unos 30 metros cada uno.

También explica que en las estancias de la actual unidad "se mantendrá la sala de resonancia y su sala técnica, pero el Sergas prevé ampliar la zona de espera de camas, y crear una sala de estar para el personal médico, además de nuevos espacios para almacenaje, vestuarios del personal y aseos".