El año pasado se rompieron en el partido judicial de Pontevedra una media de 18 matrimonios cada mes. En total, los juzgados de la capital tramitaron 262 disoluciones matrimoniales de las que, la mayoría, lo fueron de forma consensuada entre las partes, es decir, un 160 frente a algo más de un centenar en donde la ruptura fue litigiosa y tuvo que ser un tribunal el que acordase las condiciones de la separación.

En el conjunto de la comarca (es decir, sumando los partidos judiciales de Caldas y Marín) la cifra de disoluciones ascendió a 422, lo que supone un sorprendente descenso de un 21% con respecto a 2016, cuando se contabilizaron 535. La cifra es llamativa si se tiene en cuenta que el descenso que se registró en Galicia fue de tan solo un 7%.

Los datos aportados estos días por el Consejo General del Poder Judicial demuestran que, afortunadamente, la mayoría de las disoluciones que se producen en los juzgados de la capital son de mutuo acuerdo. Sin embargo, esta mayor predisposición a pactar las condiciones del divorcio entre los cónyuges se detecta en el momento en el que se produce la ruptura pero no así cuando se deben adoptar modificaciones de las mismas dependiendo de diversas circunstancias como puede ser la economía de los ya excónyuges.

Y es que en lo que respecta a la modificación de estas medidas matrimoniales, lo más habitual son las decisiones no consensuadas (102 el pasado año) frente a las que sí lo son (únicamente 41 casos en los que hubo acuerdo).

También hay más conflictividad a la hora de decidir acerca de la guardia y custodia de los hijos entre las parejas que deciden poner fin a su relación a pesar de no haber formalizado su matrimonio. Así, de las 127 parejas que no se habían casado pero que tenían hijos en común y que rompieron su relación, en un total de 78 casos tuvo que ser el juzgado el que determinase las condiciones en las que los progenitores iban a cuidar de sus hijos, mientras que solo en 49 casos estas se fijaron de mutuo acuerdo.

Cabe recordar que Pontevedra cuenta ya desde hace tiempo con un servicio de mediación intrajudicial en la ciudad que permite a los cónyuges alcanzar acuerdos que eviten que el ya de por sí duro trance de la ruptura matrimonial sea todavía un proceso más traumático, especialmente para los niños. Los expertos recomiendan siempre una separación consensuada, sobre todo por el bien de los menores que puedan estar a cargo del matrimonio.

Se trata de un proceso en el que ambas partes deben consentir participar de forma voluntaria y las estadísticas de los servicios de mediación señalan que hasta un 50% de las familias que recurren a la mediación acaban con un acuerdo.

Duración del matrimonio

Las estadísticas del Poder Judicial dejan otros datos llamativos, aunque estos ya referidos a los matrimonios disueltos en el año 2016, como puede ser la duración media de los matrimonios que se divorcian. En la provincia de Pontevedra se disolvieron en 2016 un total de 2.420 uniones matrimoniales, de los que cuatro de cada cien llevaban menos de dos años juntos. Un total de 762 matrimonios llevaban entre dos y diez años casados y el resto, 1.562, habían pasado por vicaría hacía más de una década.