La Audiencia de Pontevedra cerraba en abril de 2006 el juicio por el alijo de casi una tonelada de cocaína interceptada a bordo de velero Sara James con penas de seis años de prisión para siete de los procesados y tres años y nueve meses para el octavo, así como al pago de multas por valor de 495 millones de euros. Ahora, uno de aquellos narcos condenados a seis años de prisión ha vuelto a la Audiencia para responder de un delito de blanqueo de capitales procedentes del tráfico de drogas por el que ha aceptado una condena de dos años de prisión.

Se trata de un vecino de Vilagarcía, Miguel Ángel C. G., quien evitó sentarse en el banquillo del Pazo de Justicia gracias a un acuerdo alcanzado por el fiscal de tal forma que se cerró una conformidad entre las partes firmado en un despacho de la Audiencia sin que fuera preciso celebrar una vista oral. Ocurrió en enero, mes en el que está fechada la sentencia emitida por la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra. En ella se recoge que esta condena de dos años de prisión para Miguel Ángel C. G., así como para su madre, quien asumió un año y seis meses de prisión. Además, ambos deberán abonar una multa de 20.000 euros y devolver al Estado entre ambos una cantidad similar. Tanto las multas como la indemnización al Estado podrán abonarlas de forma fraccionada en el plazo de tres años.

El tribunal también acuerda la suspensión de las penas privativas de libertad, por lo que no deberán entrar en prisión, si bien les advierten de que el beneficio podría ser revocado si vuelven a delinquir durante el periodo de la condena.

En la causa también figuraba la entonces novia del principal acusado, contra quien el fiscal retiró la acusación y por lo tanto resulta absuelta por la Audiencia.

La sentencia establece que el principal acusado, Miguel Ángel C. G., vecino de Vilagarcía y de 42 años, ya fue condenado en el año 1999 a tres años de prisión por un delito de tráfico de drogas cometido en 1996. En 2006 volvió a ser condenado en firme por participar en la organización del transporte del alijo del Sara James, velero en el que fueron localizados casi mil kilos de cocaína.

La sentencia establece que el acusado, sin que conste fuente de ingresos suficiente, realizó importantes inversiones con el dinero "fruto de su intervención desde tiempo atrás en actividades de narcotráfico" y así en los años 1995, 1996 y 2002 "adquirió diferentes bienes cuyo valor excedía de forma notoria de su, en apariencia, nula o exigua capacidad económica de origen lícito". Señala el fallo judicial que el acusado se valió de varias personas de su entorno y de su confianza para ocultar el origen del delictivo del dinero que empleaba en estas inversiones, en concreto valiéndose de su madre y su novia. De la primera indica el fallo que era conocedora del origen real del dinero, que era el narcotráfico; mientras que de la que era su pareja el fallo simplemente señala que no se preocupó de cerciorarse de la procedencia de los bienes con los que el acusado realizaba estos gastos.

Cuadriplicó sus ingresos

Entre ellos, el relato de hechos probados señala la adquisición de bienes inmuebles y muebles (un ático en Cambados y una vivienda en Vilagarcía, así como varios vehículos), operaciones que revelaron "un volumen de gastos superior al de sus ingresos, llegando los primeros a cuadriplicar y quintuplicar el importe de los segundos en los tres primeros años".

No es el primer implicado en el transporte de cocaína del Sara James que es condenado por blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico. Y es que en 2016 también asumió otra pena de dos años de prisión otro de sus compañeros de banquillo, Eugenio S. B.