Con esta nueva normativa, los empresarios podrán colocar pérgolas, toldos, parasoles o cubiertas impermeables, pero con limitaciones, sobre todo que no pueden fijarse al suelo y tampoco servir para el cierre lateral o frontal del espacio cubierto. En el casco viejo, a estas reglas se unen las específicas del plan urbanístico del barrio.

Se indica expresamente que queda prohibida la colocación de publicidad, losas, paneles informativos o carteles de menú móviles en el espacio público, si bien se aclara que no se considera publicidad el nombre o logotipo del local.

Las mesas y sillas podrán ser de madera, resinas o plásticos que imiten a ese material y de calidad adecuada, o de mármol con los pies de hierro fundido. También se permite la "utilización de setos en macetas, plantas u otros elementos móviles que embellezcan el espacio público y hagan la terraza detectable para las personas con discapacidad visual".

Si se quiere ocupar un frente más amplio que la fachada, debe justificarse ante el Concello pero no se aprueban por norma general y en "supuestos de saturación o conflicto", como ocurre en varias plazas, sobre todo del casco viejo, "los servicios técnicos municipales podrán diseñar la situación de los veladores en las calles y espacios públicos". En estos casos, el número de mesas "será repartido entre los establecimientos en proporción a la fachada de la que dispongan y con un reajuste de la asignación cuando se abran nuevos locales".

En todo caso, siempre habrá que "garantizar la accesibilidad universal y en las plazas y espacios públicos, la no ocupación con veladores de más del 50% de la superficie destinada al uso peatonal".

Otra de las exigencias es que "los toldos o parasoles sean de un único color, preferentemente el beige, azul, ocre, granate, blanco o negro, acorde con el resto de elementos de la terraza". Además, tienen que ser fácilmente desmontables, mientras que se establece una limitación de los todos en el centro histórico.