Un ejemplo de que tanto la Policía Nacional como la Fiscalía y el juzgado están trabajando con nuevos indicios en este caso es el empleo ayer en la finca de San Mauro de una técnica que no había sido autorizada en el pasado por la justicia. Se trata del georradar que emplearon los agentes de la unidad de Subsuelos de la Policía Nacional para peinar los aproximadamente 800 metros cuadrados de finca de esta propiedad para intentar localizar restos enterrados que pudieran indicarles la presencia de un cadáver.

En una anterior ocasión había sido la familia de Sonia Iglesias la que había solicitado a la justicia la realización de una prueba con georradar en el Monte Castrove, localización en la que la Policía Nacional señalaba en su primer informe que podría ser uno de los puntos en los que se debería buscar el cadáver de Sonia Iglesias. No obstante, la Audiencia y el juzgado rechazaron esta petición al entender que el Monte Castrove era una superficie lo suficientemente amplia para poder hacer una búsqueda con este método, por lo que la falta de concreción de una parcela para buscar un cadáver no justificaba el empleo de esta técnica.

Sí se permitió su utilización ayer, en una zona más acotada y en la que, en el caso de que se encontrase oculto algún cadáver, había muchas más posibilidades de éxito.

Los agentes realizaron una exhaustiva inspección de las dos plantas y el desván del inmueble. Llevaron a cabo catas en varias zonas de la finca trasera, así como de otra que está separada de la vivienda por un pequeño muro. En la parte trasera de la casa también cavaron un gran socavón.

Al filo de la noche, también inspeccionaron un muro de la vivienda, aunque sin resultados aparentes. Finalmente, la Policía Científica se retiró a las ocho y media del lugar y una hora después lo hicieron ya los últimos agentes, quedando la casa sin vigilar. Fuentes policiales confirmaron que, en principio, parece que no va a ser necesario regresar a la vivienda, de la que se levantó el cordón de seguridad, aunque no descartaban realizar nuevas inspecciones en otros puntos.

Los agentes se encontraron con la colaboración total de Julio Araújo, que abrió el inmueble y la propiedad a los agentes (aunque estos contaban con autorización judicial) y quien estuvo acompañado por varios familiares que observaban también desde el exterior de la propiedad como iban transcurriendo las labores que llevaban a cabo los efectivos de la Policía Nacional.