"He hablado con él largo y tendido, pero cuanto llega en momento de la verdad..., mutis, no dice nada, echa la cabeza para abajo, no te da explicaciones ni se exaspera", decía sobre Julio Araújo en 2013 el que fuera el máximo responsable de la investigación del caso Sonia Iglesias, el comisario Serafín Castro. Este mando policial, que lo interrogó en varias ocasiones, no dudaba en calificarlo como sospechoso de la desaparición de Iglesias, pero su imputación quedó archivada en 2015.

Pero desde bastante antes de su imputación, Julio Araújo, pareja de Sonia Iglesias, estuvo en el ojo del huracán, al que ha vuelto de pleno con la búsqueda del cadáver de la mujer en una finca de su familia en Pontevedra.

Durante los meses posteriores a aquel agosto de 2010, sus relaciones con la familia de Iglesias, con la que tuvo un hijo, fueron aparentemente correctas. Al menos de cara al público.

Pero no tardó en emerger la prueba más clara de que Araújo empezaba a acusar la presión de sentirse señalado. A finales de noviembre de ese 2010 presentó una denuncia contra su suegra, Carmen Eirín, por supuestas injurias y calumnias por supuestas "insinuaciones o comentarios que relacionarían al denunciante con la desaparición de su pareja".

Aquella denuncia quedó archivada, pero a partir de ese momento la familia empezó a referirse con más claridad a que la desaparición de Sonia Iglesias era en realidad un caso de violencia machista. Hasta que casi dos años después del suceso, en julio de 2021, Julio Araújo fue formalmente imputado. Ahora la hermana de Sonia de duda en calificarlo de "mentiroso compulsivo".

Precisamente, al poco de ser imputado, protagonizó un pequeño incidente de tráfico. Araújo volvía a casa de una noche de copas en su vehículo cuando la patrulla de la Policía Nacional que le hacía el seguimiento vio como golpeaba un coche aparcado mientras intentaba estacionar. Ante las sospechas de que estuviese ebrio, los agentes llamaron a la Policía Local, que efectivamente comprobaron que superaba ampliamente la tasa de alcohol permitida.

También comprobaron que conducía con el permiso caducado y sin la ITV. Por aquellos le cayó una multa de 1.080 euros y 10 meses sin carné.

Sonia Iglesias y Julio Araújo tuvieron un hijo en común, Alejandro, que en el momento de la desaparición de su madre tenía nueve años. Desde entonces, el padre ejerció la custodia del ahora adolescente, aunque tanto la hermana como los padres de la mujer tienen derecho a verlo los fines de semana.