La fábrica de Elnosa en Pontevedra retomará en cuestión de días su actividad productiva tras la paralización de la misma el pasado 11 de diciembre al finalizar el plazo máximo dado por la Unión Europea para la obtención de cloro utilizando la técnica de membranas de mercurio, que era la existente en la fábrica de Lourizán. La producción se retoma pero, tal y como estaba previsto, únicamente para la obtención de hipoclorito y no cloro, un proceso que se puede llevar a cabo sin mercurio y mientras que se compagina su producción con las labores de desmantelamiento de la fábrica con el objetivo de afrontar su reconversión.

Cabe recordar que los planes de Elnosa pasan por invertir una fuerte cantidad de dinero (se habla de unos 40 millones de euros) para transformar la factoría de Lourizán y volver a producir cloro pero ya con la tecnología de membrana, más limpia que la de mercurio y que acabaron prohibiendo las autoridades europeas.

Así, según explicaron distintas fuentes, en el recinto de fabril de Lourizán ya se completó estos días la instalación de los evaporadores y de los equipos necesarios para la producción de hipoclorito y esta semana o la que viene está previsto que se inicie la producción. Se trata de un compuesto menos rentable y con mucha menor demanda que el cloro pero que permite al menos a la empresa continuar trabajando en esta ubicación mientras se trata de aclarar su futuro.

La actividad en la producción de este derivado del cloro se compagina con las labores de desmontaje de la fábrica (el pasado mes de enero, como estaba previsto, se completó la retirada del mercurio existente) según los plazos establecidos en la Autorización Ambiental Integrada aprobada por la Xunta.

No obstante, fuentes del comité de empresa no ocultaban ayer su inquietud dado que los planes de la empresa para reformar y modernizar la planta pasan de forma irremediable por la obtención por parte de la empresa de la prórroga de la actual concesión en terrenos de dominio público en Lourizán. Y de momento no hay ningún tipo de contestación por parte del ente dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, algo que da mala espina a los trabajadores dado que se agotan los plazos.

Costas debe resolver dos cuestiones fundamentales, en primer lugar el expediente de caducidad abierto por Costas a instancias del Tribunal Supremo en una sentencia dictada ya en 2015. Aquí entran en juego los plazos legales máximos para resolver esta cuestión dada que hay fuentes como los trabajadores que creen que dicho periodo máximo para obtener una respuesta por parte de la administración se agotaría este mismo mes de abril.

Caducidad y prórroga

En cualquier caso, la resolución del expediente de caducidad de la concesión es una condición "sine qua non" para abordar una posible prórroga de la concesión, como ocurrió con el caso de Ence. Tras resolverse el expediente de caducidad de forma favorable a la pastera, después el Ministerio procedió a la concesión de la prórroga. Elnosa presentó su solicitud para ampliar la concesión en enero del pasado año, pero el proceso quedó interrumpido a la espera de que se resuelva el expediente de caducidad.

Es decir, que en el caso de ladecisión fuera favorable a Elnosa en lo que respecta a la caducidad, Costas debería también resolver la posible prórroga con el reloj corriendo en contra de la clorera, dado que la actual concesión finaliza en junio de este año. Por eso, desde la plantilla urgen a Costas y a Medio Ambiente a que se aceleren al máximo estos trámites para despejar de una vez las incógnitas sobre el futuro de la fábrica.