El proceso para unificar en la planta baja del Mercado todos sus puestos, con el traslado de los pocos negocios aún existentes en el segundo piso, así como de la lonja, entra en su fase final. El Concello ya tiene asignadas las nuevas ubicaciones de los vendedores y ha culminado los trabajos de adaptación para instalar en el primer piso a los puestos de flores -en el pasillo central- y a la subasta de pescado y marisco, en un lateral del edificio.

Después de meses de trámites y negociaciones con los afectados, el gobierno local ya tiene decidido como se distribuirán los escasos puestos desalojarán la planta alta para crear un espacio gastronómico. Incluso se dispone de un calendario provisional de mudanza, que debe estar lista para abril.

En esa fecha se calcula que comenzarían los trabajos de acondicionamiento de ese espacio, en licitación desde hace unos días por unos 280.000 euros. El 8 de marzo se conocerán las ofertas para este concurso.

El traslado afecta a cuatro puestos de fruta, una carnicería y dos ultramarinos, pero quedarán en el segundo piso las dos cafeterías, de imposible reubicación, y una caseta que se adapta a las previsiones futuras de este espacio, centrado en la gastronomía, productos gourmet y artesanos.

Controversia

El proceso de reubicación ha estado salpicado por numerosas discrepancias tanto con los vendedores implicados como con otros de la planta baja. De hecho, estas reticencias han demorado durante meses el proceso, si bien ahora el Concello tiene prisa por cerrar el asunto, ya que las obras están muy próximas para crear ese espacio gastronómico y cultural, que incluso podrá abrir por las tardes-noches y los fines de semana. La venta tradicional se mantendrá solo por las mañanas, incluidas las de los sábados.

En este nuevo uso se instalarían principalmente "productores locales que comercializan directamente, sus productos y servicios en la línea de artesanal-ecológica-gourmet-a granel: carnes, verduras, licores, cervezas artesanas, aceites, helados, leche, galletas-dulces, encurtidos, conservas, aperitivos, dulces o hierbas, entre otros" además de "tener a la venta los productos y también la degustación in situ", todo ellos con el fin de convertir al mercado municipal en la referencia absoluta en la alimentación saludable", según se detalla en el programa municipal

El proyecto reserva el espacio ahora ocupado por las frutas y por la lonja en un lugar de degustación con un máximo de 107 y 54 comensales respectivamente, aunque también habría esos usos en otros puntos de la planta alta. Uno de los aspectos más llamativos es que "el funcionamiento del nuevo espacio hace que los horarios de mercado y espacio gastronómico no siempre coincidan. Especialmente en la tarde-noche y fines de semana se cuenta con un mercado en la planta baja sin actividad mientras que el espacio gastronómico de la planta superior tendría mucha actividad".

Por ello, se independiza un piso de otro mediante rejas que cierran la zona de ventas del "espacio gastronómico-cultural" de arriba, con el añadido de que "la zona de mercado se ilumina de noche con un juego de luces hacia el interior del propio mercado para marcar en todo momento el espacio habitado: el característico mercado de Pontevedra, manteniendo clara esta idea en todo momento". Asimismo, se detalla que "un punto clave en el concepto del espacio superior es su flexibilidad, ya que allí se combinará la actividad de venta y degustación con las actividades gastronómicas, educativas, culturales o artísticas".

El proyecto de reforma no solo apuesta por acondicionar la planta alta para otros usos, sino que incluye una nueva ambientación general del mercado, con vinilos en las ventanas para divulgar el contenido, y un eje central alrededor de la pesca y el mar.