La segunda jornada de huelga indefinida en los juzgados de la capital se tradujo de nuevo en la paralización de la práctica totalidad de los órganos judiciales en la ciudad del Lérez, salvo aquellas actuaciones urgentes incluidas en los servicios mínimos. Unas actuaciones esenciales que permiten mantener activo, por ejemplo, el registro civil, tan utilizado estos días por cientos de ciudadanos sobre todo para solicitar fes de vida que son necesarias anualmente para justificar la percepción de una pensión.

Precisamente, los funcionarios quisieron ayer visibilizar la importancia de servicios como éste del registro civil "atascando" durante algo más de una hora estas dependencias de los juzgados de A Parda. Los funcionarios en huelga hicieron cola una y otra vez para solicitar trámites reales ante el registro, una avalancha de peticiones que colapsó durante parte de la mañana esta ventanilla, provocando colas de varias horas para el resto de administrados que aguantaban estoicamente los retrasos causados.

La mayoría de los ciudadanos que se vieron sorprendidos por este colapso aguantaron con resignación estas colas y mostraron "solidaridad" con los empleados públicos dado que "hay que entendelos, esta xente está pedindo polo seu e o goberno parece que non solta nada", explicó María, quien llevaba ya más de una hora de espera en la cola para obtener una fe de vida.

Los propios funcionarios reclamaron "solidaridad" a los administrados que se vieron afectados por esta saturación del Registro Civil. "Se trata de una medida de presión para que la Xunta empiece a darse cuenta de lo realmente importante que es el funcionamiento de la administración de Justicia para la ciudadanía", explicaba ayer Enrique Araújo, portavoz del comité de huelga en Pontevedra.

Esta "toma" del registro civil también era una forma de denuncia de los "excesivos servicios mínimos" fijados por la Xunta y que son del 40%.

La protesta del Registro Civil se completó con otras simbólicas y sonoras protestas como una especie de "sentada-concentración" en las escaleras interiores del edificio de la Audiencia Provincial de Pontevedra, o la "toma" de las ventanas y balcones de este histórico inmueble pontevedrés del Pazo de Justicia, desde donde gritaron consignas contra la Xunta y el conselleiro de Xustiza, Alfonso Rueda.

Y es que los representantes de las centrales sindicales explicaron ayer que a medida que avancen las jornadas de huelga también se intensificarán las movilizaciones. La protesta de ayer en el registro civil es solo un primer ejemplo y las centrales sindicales ya anuncian que mantendrá esta misma protesta para intentar ralentizar este servicio tanto hoy como el próximo martes.

Durante sus protestas, los sindictos quisieron también destacar el amplio respaldo que está teniendo el paro entre los funcionarios. Ayer cifraron la participación en la huelga en un 95%, es decir, un punto más que ayer. "Estas cifras se traducen en que en la ciudad de Pontevedra tan solo tenemos constancia de que un único funcionario que ha venido a trabajar, dado que el resto son personal interino o servicios mínimos".

Juzgados vacíos

La Xunta rebajó este porcentaje de funcionarios en huelga a un 49% en la provincia de Pontevedra, la que está contando con un seguimiento más amplio del paro indefinido. No obstante, tal y como destacan los sindicatos, que en este porcentaje incluyen los funcionarios que acuden a sus puestos de trabajo para cumplir con los servicios mínimos que son de hasta un 40%, como resaltan los convocantes de la huelga. La imagen real es que los juzgados de Pontevedra estaban ayer totalmente vacíos y sin actividad.

De hecho, una imagen curiosa es la que se podía observar por ejemplo en el juzgado de instrucción 2 de la capital que, al encontrarse de guardia, los funcionarios que atendían los servicios mínimos tuvieron que desplazarse a las dependencias del juzgado de guardia, atrancando una mesa en la entrada a las dependencias del juzgado en el edificio judicial de A Parda para que no se colase ningún ciudadano despistado, dado que allí no había ni un solo funcionario que pudiera atenderlo.

Aunque en esta ocasión no proporcionaron cifras concretas, se volvieron a suspenden decenas de juicios y vistas en todos los juzgados, y en la Audiencia Provincial de Pontevedra, por ejemplo, tan solo se celebró uno de abusos que además se cerró con una conformidad firmada en el despacho del secretario judicial y en que no fue necesaria la intervención de los funcionarios. El número de actos procesales suspendidos (comparecencias, declaraciones y toda clase de diligencias) es también muy elevado y empieza a complicar sobremanera las apretadas agendas que ya tenían los juzgados de la ciudad.