La Diputación ha instalado en los dos últimos años alrededor de 1.100 "lombos" en las carreteras de titularidad provincial, que se unen a los 300 que aproximadamente existen en viales de la Xunta o de los Concellos. En esa relación no se incluyen los 750 que se estima que existen en el municipio de Pontevedra, el primer concellos que comenzó a utilizar estos reductores de velocidad de forma sistemática y que la Diputación comenzó a imitar a partir de 2015, con la llegada de PSOE y BNG al gobierno provincial.

El vicepresidente de la Diputación, César Mosquera, aseguró ayer que los datos de siniestralidad y precios de seguros de automóvil en la provincia han sido menos negativos que otros años durante 2017 y atribuye parte de esa mejoría a la instalación de "lombos", que refrenda como el "sistema más eficaz para reducir la velocidad". Por ello, el objetivo del departamento provincial de Mobilidade es duplicar el número actual de estos elementos e instalar hasta el final del mandato (el verano de 2019) otros mil "lombos" en la provincia, el "número que solicitan todos los concellos".

Mosquera asegura que "son muy pocos, a día de hoy, los municipios reticentes a estos elementos" y subraya que son alrededor de cincuenta los municipios que han pedido alguno de ellos en las carreteras provinciales. El concejal y vicepresidente pone el ejemplo de la "nula siniestralidad en el casco urbano de Pontevedra desde hace años".

En el caso de la capital, los 750 "lombos" que se calcula que se han instalado en los últimos años, se reparten entre más de 420 en el casco urbano y unos 330 en el rural aproximadamente y en su caso también está previsto instalar más, si bien no en la misma medida que en el resto de la provincia. "Nos queda convencer a la Xunta y a Fomento" para actuar en "puntos conflictivos" como Rosalía de Castro, en Mollabao, o en otros viales, si bien por el momento las actuaciones se limitarán a las carreteras municipales y provinciales "donde se vea que es necesario, porque la idea no es meterlos en todas partes". En el casco urbano también se colocarán algunos con la reforma de "movilidad peatonal" del tramo aún con tráfico de la calle Benito Corbal.

Además de los "lombos", también se aplican otras medidas como la Zona 30, mientras que la Xunta y Fomento apuestan más por las rotondas como medida de disuasión de la velocidad. El ejemplo más claro, en el caso del ministerio, se puede ver en la N-554 que atraviesa Vilaboa, mientras que los proyectos autonómicos para eliminar "puntos negros" de tráfico en la PO-308, entre Pontevedra y Sanxenxo, también incluye varias glorietas pero no los pasos sobreelevados.