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Más de seis años de inspecciones contra el fraude

El Catastro del municipio suma 750 altas al año pese a perder el 20% de su censo industrial en una década

Pontevedra cerró 2017 con unas 71.500 inscripciones en el registro catastral, la cifra más alta de su historia aunque tiene 283 empresas menos que en 2008 -Hacienda incluirá este año los datos de su regularización

Barcos atracados en el Puerto de Marín y algunos de sus rellenos e instalaciones. // Santos Álvarez

El padrón catastral de Pontevedra, aquel que reúne todos los bienes inmuebles del municipio y que sirve de base para calcular el IBI que pagan cada año todos los propietarios, alcanzó el pasado año los 71.500 registros, la cifra más alta de la historia local. Supone un aumento medio de más de 750 altas cada año en la última década, favorecido sobre todo por las intensas campañas de inspección emprendidas por el Concello y reflejadas después en sus padrones por el Ministerio de Hacienda.

Sin embargo, una comparación entre los datos de diciembre de 2008 y los de diciembre de 2017 ponen de manifiesto que hay apartados del padrón catastral con un balance muy negativo, en especial el referido al sector industrial. Mientras la cifra total de inscripciones creció en esta década un 12% aproximadamente, el estrictamente industrial experimentó un retroceso importante, del 20%. Si hace una década el Catastro contaba con 1.409 anotaciones en este capítulo, a día de hoy son apenas 1.126, es decir, 283 menos.

Es el único capítulo, aunque muy significativo, con descenso ya que el resto crece de forma notable. Los inmuebles de uso residencial, que suponen casi el 57% del total, pasaron de menos de 37.000 a más de 40.500, mientras que las plazas de garaje son ahora 22.000, cuatro mil más que hace una década.

También aumentaron los locales comerciales (a una media de 30 al año) y las oficinas, que antes eran 1.072 y ahora son cerca de 1.120. Dependencias dedicadas a ocio y hostelería, uso deportivo, religioso, de espectáculos o sanitario completan la relación, junto con el denominado "suelo vacante", es decir, parcelas edificables sin uso, que se mantiene por encima de las tres mil.

Estas cifras han ido creciendo, especialmente desde 2012, a causa de las inspecciones realizadas por el Concello y que se prolongarán en los años venideros. De hecho, de las 7.500 altas de la última década, la mitad pueden atribuirse a las revisiones municipales con el fin de localizar inmuebles que no están datos de alta o en situación irregular.

Pero además, en este año el padrón del Catastro puede crecer aún más ya que será a final del ejercicio cuando el Ministerio de Hacienda aplica a los contribuyentes la regularización catastral emprendida en 2013 y destinada también a localizar inmuebles hasta ahora ocultos al fisco.

La empresa contratada por el ministerio ya ha concluido su trabajo de campo, después de unos cuatro meses de revisiones. Esta labor será ahora objeto de análisis por parte de la Dirección General del Catastro y después comenzará el periodo de notificación y alegaciones de los afectados, propietarios en buena parte de instalaciones de carácter agrícola que hasta el momento estaban exentas de figurar en estos padrones impositivos, pero también de otras ampliaciones o inmuebles no declarados.

La previsión es que la nueva regularización, que implica aumentos de los recibos del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), este en vigor en el último trimestre de este año.

Ampliaciones de viviendas, piscinas, garajes y otros inmuebles nunca declarados, así como graneros, galpones, gallineros y otros locales de uso agrícola son el objetivo de los vuelos fotográficos que Hacienda llevó a cabo en los últimos meses y en aquellos casos donde se detecten altas se les cobrará el aumento del IBI y, de oficio, se le aplica una tasa de 60 euros por la mera inspección.

El ministerio siempre ha negado que se trate de una revisión y habla, por contra de un "plan de lucha contra el fraude". Fuentes oficiales de Hacienda explican que se trata de "cotejar las construcciones que no están reflejadas en el Catastro" y se analizan las edificaciones rústicas porque "es una obligación desde 2008 valorar esas construcciones", que se incorporan a la relación catastral a medida que se realizan revisiones.

Con su inclusión, los propietarios verán aumentada su cuota, si bien Hacienda aclara que las arcas del Estado no registrarán un aumento de recaudación y cada concello puede decidir el coeficiente que aplica, e incluso bonificaciones.

La Dirección General del Catastro del Ministerio de Hacienda explica que "la regularización catastral es uno de los procedimientos de incorporación al Catastro Inmobiliario de los bienes inmuebles urbanos y rústicos con construcción, así como de las alteraciones de sus características, en supuestos de incumplimiento de la obligación de declarar de forma completa y correcta las circunstancias determinantes de un alta o modificación catastral. Su finalidad es garantizar la adecuada concordancia de la descripción catastral de los bienes inmuebles con la realidad".

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