Agentes de la Policía Nacional pertenecientes a la Comisaría de Marín han detenido a un individuo de 60 años de edad, vecino de Ourense, como presunto autor de hasta once delitos de estafa y uno de hurto. Tiene múltiples antecedentes policiales por hechos similares en diferentes ciudades.

Los hechos se remontan al día 20 de septiembre, cuando se presentó una denuncia en el puesto de la Guardia Civil de Marín, en la que un hombre declaraba haber sido víctima de una estafa.

Al parecer, cuando se encontraba vendiendo cupones se le acercó un hombre para comprar unos boletos. En el transcurso de la conversación le solicitó cambio de dinero diciéndole que trabajaba en una tienda cercana y que le acercase los cupones después, que él le daría dos billetes de quinientos. El vendedor le dio la cantidad de 1.000 euros en billetes y monedas de distinto valor.

Cuando finalizó su jornada y se acercó a la tienda mencionada se encontró con que allí no trabajaba nadie con esas características por lo que se quedó sin los 1.000 euros y los 60 de los cupones.

En el mismo mes de septiembre el presunto autor de los hechos llevó a cabo otra estafa utilizando el mismo "modus operandi", acercándose a otro vendedor de cupones y solicitándole cambio. En este caso el vendedor le hizo entrega de 500 euros fraccionados en billetes y monedas de distintas cantidades.

En Vigo se presentó otra denuncia en los mismos términos con el mismo "modus operandi", con otro vendedor: Primero se gana su confianza comprando unos cupones y después le solicita el cambio de dinero.

En octubre se presentó otra denuncia en Sanxenxo, esta vez en una parada de autobús donde un coche se detuvo al lado del denunciante y el conductor le invitó a subir y a trasladarlo a su domicilio. Durante el trayecto el conductor tras una charla animada le explica que necesita cambio de dinero urgentemente.

Tras ganarse la confianza del denunciante éste le hace entrega de 950 euros en billetes de diferente valor que tenía en su domicilio la víctima. Una vez en Portonovo le pide que se apee y que espere allí mientras él va a casa a buscar una caja de vino para regalarle y después ir juntos a una entidad bancaria para retirar el dinero.

Con este mismo "modus operandi" se presentaron varias denuncias, hasta un total de once.

Utilizando la misma forma de actuar con pocas variaciones se cuentan hasta once denuncias por estafa. La clave está en la facilidad de palabra del individuo y la capacidad para ganarse la confianza de las víctimas. El perfil de las víctimas es el de personas de edad avanzada a las que abordaba en paradas de autobús con la excusa de llevarlas amablemente a su domicilio, ampliando en este caso el ámbito de actuación a trabajadores que presentan distintas minusvalías físicas entre ellas la visual.

El denunciado se gana la confianza de las víctimas haciéndoles creer que tiene gran poder adquisitivo y afirmar ser propietario de locales de hostelería, gasolineras, empresas etc., y que necesita cambio en efectivo ya que las entidades bancarias no se lo dan si no lo solicita con antelación.