El anuncio con la subasta por parte del Ministerio del Interior del solar de la vieja Comandancia de Pontevedra parecía dar respuesta a las reiteradas peticiones tanto de los vecinos de la zona como del propio Concello para acabar con el foco de inseguridad que supone este inmueble. Un edificio que en los últimos años y desde su cierre en 2006 sufrió incendios, problemas con "okupas" y desprendimientos por los temporales, además de ofrecer una imagen ruinosa en pleno centro de la ciudad.

No obstante, hay varias circunstancias que permiten aventurar que la subasta de este inmueble por parte del Ministerio del Interior no va a resultar nada fácil. La más importante, sin duda, es la actual calificación urbanística de la parcela. El plan inicial del Gobierno para hacer caja pasaba por venderlo al mejor postor pero una vez que se hubiera completado el proceso de recalificación que inició hace ya tiempo con el Concello y que convertiría parte del terreno en suelo urbano residencial. Sin embargo, fuentes de la Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento de la Seguridad del Estado confirmaron ayer que este inmueble se saca a subasta sin que se haya "culminado" el proceso de calificación por lo que. tal y como informan en la documentación que acompaña a esta licitación pública, se mantiene su clasificación actual dentro del "sistema general de equipamientos comunitarios", es decir que tan solo podría acoger dos tipos de usos, todos ellos dotacionales.

Estos usos se recogen en la propia información de la subasta y se señala en primer lugar la posibilidad de un equipamiento docente tanto para un centro público como privado "de cualquier tipo de enseñanza"; y en segundo lugar cabe la posibilidad de que acoga un equipamiento de tipo socioasistencial, que integraría el resto de usos de equipamientos como administrativos, culturales, mercados o residencias de ancianos.

No obstante, desde del GIESE explicaban ayer que si finalmente la subasta tiene éxito y se produce la venta del inmueble, el adjudicatario "como nuevo propietario del inmueble, tendría que tomar la decisión de si completa el proceso de recalificación abierto negociando con el ayuntamiento o decide cancelarlo para adaptarse a los usos que se contemplan ahora en el plan".

El segundo gran hándicap para que la subasta de la vieja Comandancia resulte exitosa es el elevado precio del inmueble. La cantidad por la que Interior saca a licitación el inmueble y su parcela es de 1.474.200 euros en primera subasta. Si esta quedase desierta o se recibiesen ofertas que el GIESE calificase como "inadmisibles" está prevista una segunda subasta en la que este precio se reduce a los 1.326.000 euros.

Debido al uso dotacional del suelo, otras administraciones podrían estar interesadas en su adquisición pero, por ejemplo, ayer el Concello de Pontevedra ya confirmaba que no estaba interesado en adquirir esta infraestructura. Aunque oficialmente no se confirmaba, lo cierto es que el precio del terreno hace que ningún organismo público se pueda plantear si quiera su adquisición y menos en el caso del Concello de Pontevedra que se acaba de gastar dos millones de euros en la compra y acondicionamiento de los nuevos locales de la calle Herreros para ubicar allí diversos departamentos municipales.

De hecho, el sentir general en el Concello es que la posible enajenación del inmueble se presenta complicada.

Ubicación idónea

Lo cierto es que la ubicación de la antigua Comandancia en la calle Loureiro Crespo, en pleno centro de la ciudad y en la continuación de la denominada "milla de oro" en Benito Corbal, convertían al edificio en un objetivo muy apetecible para las constructoras y promotoras inmobiliarias si se hubiera completado la recalificación. No obstante, al quedar sin completar el proceso, el nuevo adjudicatario debería batirse el cobre con el Concello y la Xunta para compensar en el proyecto la pérdida de superficie dotacional en el PXOM y llevar a buen puerto una recalificación que estuvo atascada durante años.