El tripartito formado por PSOE, APV y BNG que gobierna Ponte Caldelas encuentra sus primeras piedras en el camino. Después de casi tres años de gobierno, el ejecutivo municipal deja entrever públicamente tensiones que "debilitan el acuerdo de gobierno", después de que la agrupación nacionalista haya criticado públicamente el comportamiento que últimamente ha exhibido el alcalde socialista, Andrés Díaz.

El regidor ha encadenado algunas formas de actuar "unilateralmente" que no han gustado en el seno nacionalista. En este sentido, el hecho de eliminar a Antón Xil y su mujer del grupo de Whatsapp conformado por los representantes de las asociaciones fue el desencadenante de una asamblea local celebrada la noche del miércoles para decidir los pasos a seguir por parte del BNG.

Finalmente, los nacionalistas decidieron "continuar en el gobierno" para "sacar adelante la legislatura", pero aseguran que esto no significará "un cheque en blanco". "No se puede cerrar la participación de nadie por las ideas que tenga", destacó el BNG en alusión a la eliminación de estas dos personas, supuestamente, por promocionar actos del PP. "Además, nosotros no tenemos constancia de que haya pasado tal cosa", señaló el partido.

En este sentido, el concejal Manuel Barreiro destacó que el tripartito "no corre peligro", ya que BNG y Díaz han hablado. "Le pedimos explicaciones y él se justificó. La comunicación es fluida y estamos en consenso", añadió Barreiro.

Asimismo, el edil pidió no centrar el problema en el grupo de Whatsapp: "Es anecdótico. Simplemente fue la gota que colmó el vaso. Es por más cosas anteriores que ya hemos discutido y advertido". Sin embargo, el nacionalista no quiso entrar en más detalle sobre los otros desencuentros, aunque afirmó que también se debían a cuestiones de una actitud unilateral. "Se ha discutido y advertido", expresó.

Pese a todo, el representante nacionalista recalcó que este tipo de situaciones "son normales cuando se gobierna entre tres agrupaciones políticas con diferentes ideas".

Para el BNG la asamblea fue "muy fructífera y participativa" y les ha permitido hacer un balance en el que pesa "el buen hacer" de la agrupación, que se considera "necesaria" para que avancen los proyectos en marcha de Ponte Caldelas y para que el municipio cuente con un gobierno "transparente, abierto, dinámico y que tenga como objetivo la participación vecinal".