La resaca de la grave sequía del pasado otoño sigue centrando el debate político a nivel municipal vigués. El agua volverá a ser uno de los temas principales del primer pleno de 2018 al enfrentarse sendas mociones de PSOE y PP sobre el trasvase desde el Verdugo a la red viguesa para garantizar el abastecimiento a un área de 450.000 habitantes y la exigencia de la oposición de que se hagan públicos los resultados de las analíticas sobre potabilidad del agua.

El cruce de acusaciones entre Concello y Xunta en los últimos dos meses sobre la calidad del suministro en la ciudad llega mañana al salón de plenos, que arranca el ejercicio con la misma problemática con la que finalizó el año anterior.

El alcalde, Abel Caballero, anunció ayer la moción socialista que buscará un pronunciamiento conjunto de los tres grupos municipales para exigir a la Consellería de Medio Ambiente que refuerce el aporte de agua hacia Eiras por la vía de urgencia como se pactó inicialmente. "Estaba acordado con la Xunta porque es una obra imprescindible. ¿Qué ha pasado?", se pregunta el regidor, que criticó que se deje sin calendario el trasvase pese a que Vigo asumió el 80% de los costes.

"La obra garantizará el abastecimiento a diez concellos, pero como no queríamos escuchar la eterna canción del no a todo decidimos aceptar el convenio y pagarlo nosotros", recordó ayer Caballero, que lamentó la "oposición dañina" del BNG al proyecto.