Los contactos entre Concello de Poio y Consellería de Sanidade continúan por el futuro centro de salud de la localidad. Pero mientras se acerca una solución definitiva sobre la ubicación del edificio médico, que se debate entre tres posibles ubicaciones en San Salvador y San Xoán, surge la incertidumbre sobre qué pasara con el resto de dependencias médicas del municipio.

El portavoz del BNG, Xulio Barreiro, confirmó a este periódico la semana pasada que Anafáns no se mantendrá abierto una vez comience a funcionar el centro médico nuevo debido a la proximidad entre ambos.

Otra cuestión serán las consultas de Combarro y Raxó. Pese a que los poderes políticos municipales de todos los colores se han mostrado a favor de su continuidad, entre la población existen las dudas acerca de las posturas de los partidos ante esta cuestión.

El alcalde, Luciano Sobral, destaca que la intención del gobierno local pasa por hacer comprender al Sergas que existe la necesidad de mantener abiertas tanto las dependencias de Combarro como las de Raxó, toda vez que las distancias con el nuevo centro de salud seguirían siendo "amplias". "Habría personas a más de 10 kilómetros. Yo entiendo que sería recomendable que las consultas de ambas parroquias siguiesen abiertas, pero el mapa de salud es competencia de la Xunta de Galicia", expresó.

Por su parte, el PSOE de Poio emitió ayer un comunicado en el que destacaba que está "frontalmente en contra de los cierres de Raxó y Combarro" y por ello, "no firmará ningún convenio con la Xunta que condicione la continuidad de estos equipamientos sanitarios".

La portavoz socialista, Chelo Besada, destacó que "es muy necesario" un nuevo centro de salud para Poio con todos los servicios que resuelva los problemas de asistencia sanitaria que se producen diariamente en Anafáns, pero "la calidad asistencial no es incompatible con la proximidad a los vecinos, sobre todo teniendo en cuenta el lamentable servicio de transportes que la Xunta tiene implantado en nuestro municipio".