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Evolución demográfica del centro más antiguo de Pontevedra

El casco histórico perdió este siglo al 21% de su población pese al esfuerzo por reactivarlo

En la actualidad viven en la zona monumental cerca de 2.000 personas de una edad media de 46 años -El 11% de los vecinos son extranjeros -Comerciantes y hosteleros celebran las rehabilitaciones del último año

A media altura de la calle Real comenzaron obras en el edificio. // G.S.

El casco histórico de Pontevedra ha perdido más del 21 por ciento de su población desde el año 2000 pese a que en esa época se pondría en marcha un gran plan para su recuperación, liderado por el actual alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores. Los esfuerzos por hacer que la zona monumental vuelva a ser lo que fue un día se han topado, entre otros obstáculos, con el "boom" inmobiliario y la facilidad para acceder a pisos nuevos en otras áreas del centro de la ciudad con plazas de aparcamiento. Pese a todo, los comerciantes y hosteleros celebran que en el último año y en la actualidad se están llevando a cabo una serie de rehabilitaciones de inmuebles que podrían contribuir a la reactivación de la vida de la zona vieja.

Los últimos datos del padrón aseguran que la población en la zona monumental de Pontevedra, en lo que se conoce como "entremuros" no llega a dos millares de personas, con 1.995. Esto significa que desde el año 2.000 se ha reducido el número de vecinos en 537, más de un 21 por ciento. Entonces eran 2.532 las personas que vivían en la parte más antigua de la ciudad.

El descenso ha sido continuo, a una media de entre 30 y 40 habitantes menos por año. Según los últimos, en 2012 había 2.148 vecinos, en 2013 eran 2.119, en 2014 se registraban 2.055 y en 2015 sumaban 2.023.

La mayoría de los vecinos son procedentes del municipio o de la provincia de Pontevedra, 1.517 en total, pero también hay un porcentaje interesante de extranjeros que suma un 11 por ciento, son 225. El resto son personas llegadas desde otros puntos de Galicia o el resto de España.

Entre los extranjeros, la mayoría son de países de Sudamérica, 48, destacando Brasil. Le siguen los asiáticos, con 30 personas, un número que no es de extrañar teniendo en cuenta que algunos de ellos tienen sus propios negocios de hostelería en la zona monumental. Por último, la comunidad africana aporta 20 vecinos. Otras nacionalidades son la rumana (12), italiana (9), portuguesa y marroquí, con 8 cada una.

Según el Instituto Galego de Estatística, IGE, la edad media de los vecinos del casco histórico es de 46 años. Sin embargo, continúa habiendo numerosos que tienen más de 65 años, son unos 650. Muchos de ellos son personas que llevan viviendo toda la vida en esta parte de la ciudad, en viviendas que, en buena medida, han sido rehabilitadas.

Un dato interesante es el que se refiere al referido al porcentaje de personas en edad media de trabajar, la comprendida entre los 14 y los 64 años. Suponen más del 67 por ciento de la población de la zona monumental, al sumar 1.346 vecinos. Es una cifra cuatro puntos mayor que la media gallega, que no llega actualmente al 63 por ciento.

Ahora el interés, además de no seguir perdiendo población, es conseguir reactivar al casco histórico. Desde el Concello de Pontevedra se trabaja, desde la Concellería de Promoción Económica, con la vista puesta principalmente en el motor de esta parte de la ciudad, la Plaza de Abastos, así como en el apoyo al comercio local.

Son, precisamente los comerciantes y los hosteleros los que informan de que se están empezando a ver los primeros "brotes verdes" con varias rehabilitaciones de edificios históricos. Sitúan algunas de ellas en las calle Real, Marqués de Aranda, Cousiño, Naranjo, Sarmiento y Barón. Esta última y la Tetuán figuran entre las que presentan peor situación en la actualidad.

"Lo importante de la zona monumental es que se rehabilite, porque eso conlleva, a través de los bajos, una función económica", asegura Miguel Lago, presidente del Centro Comercial Urbano Zona Monumental., CCUZM. "Lo importante es que se rehabilite y se habite. Tenemos que intentar recuperar población en la zona monumental. Es una de las cuestiones importantes", añade.

"Lo que más influyó fue el boom inmobiliario, porque la gente prefirió irse a vivir a pisos con plazas de garaje. Aquí son chalés adosados de lujo en pleno centro de la ciudad y en una situación privilegiada", destaca.

Para Lago, el hecho de que en el último año se haya comenzado la rehabilitación de varios inmuebles es una buena noticia. "El hecho de que hayan invertido aquí es que algo se está recuperando. Se están enfrentando a un Peprica duro, a la dificultad de conseguir unas licencias. No es lo mismo construir que rehabilitar, es más caro esto último. Tienes que ajustarte a unas calles estrechas frente al otro sistema, que es mucho más industrial, más pensado", matiza. El Plan Especial de Protección e Reforma Interior do Casco Antigo de Pontevedra (Peprica) entró en vigor en el año 2003.

"El problema es el deterioro de las viviendas. Son viviendas altas, difíciles de calentar, sin ascensor y técnicamente no están insonorizadas. Algunas incluso tienen todavía ventanas de guillotina peligrosas", considera Miguel Lago.

Marcha de familias

El empresario recuerda que en la zona monumental llegaron a vivir muchas familias numerosas, "pero esas personas mayores fallecieron, la natalidad ha descendido y sus hijos se fueron a vivir a otros sitios".

Muchos de los edificios que se encuentran en estado de abandono pertenecen a familias que ya no residen en el caso histórico. "Son herencias de varios hijos que no tienen necesidades económicas. Tienen ese bien y punto. No se les puede obligar", se lamenta el presidente del CCUZM.

Miguel Lago valora el concepto que los pontevedreses tienen de la zona monumental. "Se sienten muy orgullosos de ella. Vienen y disfrutan de ella. Es lo primero que muestran a la gente de fuera. Es la joya de Pontevedra. Es lo que tenemos. Hay que cuidarla, como a una patena", termina.

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