El 66 por ciento de las mutaciones que causan el cáncer se deben al azar, mientras que un 29 por ciento son consecuencia de factores ambientales. Solo un 5 por ciento tienen un carácter hereditario. Así lo asegura el doctor de Urgencias en el Sergas Jorge Cameselle, impulsor de una investigación pionera en el mundo sobre las cualidades de la planta kalanchoe (oficialmente denominada bryophyllum daigremontianum) en quimioprevención del cáncer.

Cameselle, director de investigación oncológica en la Asociación de Diagnosticadas de Cáncer de Mama de Pontevedra, Adicam, presentó ayer la iniciativa en un acto celebrado en el Teatro Principal. Estuvo acompañado por profesionales de su equipo, formado por ingenieros, biólogos y bioquímicos, algunos de la Universidade de Vigo e incluso del Norhtampton Community College de Pennsylvania, en Estados Unidos.

Todo comenzó en 2013 cuando numerosas pacientes que habían superado el cáncer de mama le comentaron en su consulta en el PAC de Cangas y Moaña que habían empezado a tomar la planta kalanchoe después de leer en internet que tenía propiedades beneficiosas para luchar contra la enfermedad. "Por el boca a boca, los enfermos de cáncer estaban tomando esta planta por propia iniciativa. Yo no sabía qué responderles desde el punto de vista científico porque no había referencias al respecto. Me pareció que era un problema clínico real porque la gente estaba tomando algo que no sabíamos qué efectos y secuelas podía tener", recuerda. A raíz de esta preocupación nació un ensayo clínico que se llevó a cabo entre 2013 y 2017. Con esta primera investigación se demostró que el consumo de esta planta no tiene toxicidad para el cuerpo humano. "Pudimos aportar por primera vez al mundo científico un estudio serio y riguroso en el que comprobamos que con esas dosis de 15 gramos diarios no existe toxicidad. El estudio fue presentado en el Congreso Europeo de Biotecnología", informa.

Entonces, decidieron dar un paso más e intentar demostrar también si este consumo resulta beneficioso o no. Para realizar esta evaluación, el equipo necesita contar con el mayor número de voluntarias que lo tomen diariamente. Aspiran a superar el millar, para poder tener resultados fiables a un plazo de diez años. Ya cuentan con cientos de ellas en toda Galicia.

"Uno de los dramas de la medicina actual es que para investigar necesitas del apoyo de una multinacional. Es muy triste porque corta la posibilidad de que se hagan estudios para el tratamiento de enfermedades raras, algo que no es rentable para las multinacionales", se lamenta.

"Basándonos en las nuevas teorías que apoyan la quimioterapia a dosis bajas, que intenta conseguir los mismos resultados que la quimioterapia convencional con menos efectos secundarios, se nos ocurrió que si la sustancia que estamos manejando tiene propiedades antiproliferativas, inmunomoduladoras y antioxidantes y es bien tolerada, podríamos darla a pacientes sanos y, a través del consumo regular, actuar previniendo el cáncer", asegura.

"Un tumor, cuando nace, ya tiene clones celulares diferentes. Si actuamos en esas primeras fases de la carcinogénesis se mantendrían a raya esos clones y no progresarían", añade.

De ahí que la investigación se centre en personas sanas. "No tenemos capacidad científica ni medios para valorar si estas sustancias son efectivas en personas con cáncer. Nuestra aportación es la quimioprevención, que es el sueño de cualquier médico, es decir, reducir la incidencia de la aparición del cáncer", indica el doctor Cameselle.

"Lo que queremos es valorar si esta ingesta de esta bebida con estos principios bioactivos reduce la aparición del cáncer", señala.

En esta línea, recuerda que el 66 por ciento de las mutaciones que causan el cáncer son aleatorias, impredecibles. "Es una afirmación de la ciencia actual, que dice que el 29 por ciento se deben a factores ambientales, como nuestro tipo de vida, mientras que un 5 por ciento son heredadas". "El cáncer es una suma de varios errores que adquirimos a lo largo de la vida. Nuestro cuerpo está continuamente produciendo mutaciones, la mayoría de ellas son inofensivas. Es un proceso normal. Pero algunas son peligrosas porque tienen un error que conduce al cáncer", manifiesta.

Lo único que puede hacer la persona "para enfrentarse al cáncer" es tener un estilo de vida saludable, haciendo ejercicio físico, evitando la obesidad, con estabilidad emocional, dieta con fruta y vegetales y evitar agentes cancerígenos que aumenten el riesgo de tener mutaciones, como el sol, el tabaco o el alcohol.

El equipo del doctor Cameselle ha creado una bebida con la planta que ha sido patentada. No está a la venta porque se trata de un estudio, de ahí que solo se facilite gratuitamente a las voluntarias que participan en él. Toman 10 mililitros cada día.

"Es un estudio para diez años y llevamos 14 meses de trabajo. Solo hay tres sustancias de quimioprevención aprobadas por la Agencia Americana del Medicamento para luchar contra el cáncer, que son el tamoxifeno y antiinflamatorios. Nuestra investigación lo que ha aportado, y que se nos reconoce en ámbitos internacionales a nivel científico, es que hemos abierto una puerta nueva: intentar por medio de esta sustancia abordar la inhibición de la carcinogénesis", concluye Jorge Cameselle.