El mercado de la vivienda sigue dando pasos hacia su recuperación en Poio. Al cierre del tercer trimestre de 2017, las transacciones residenciales eran de 91. El número es un 33,82% superior al mismo período del 2016, aunque todavía está lejos de acercarse a los datos que se manejaban en los primeros años de la crisis, cuando el "boom" inmobiliario daba sus últimos coletazos.

Entre los meses de julio, agosto y septiembre, en el municipio se registraron un total de 26 compraventas de viviendas. La cifra es ligeramente inferior (-3,7%) a la obtenida en los mismos tres meses de 2016, cuando alcanzó los 27.

Sin embargo, el acumulado de la primera parte del año hace que Poio cuente con opciones de vivir su mejor ejercicio en materia inmobiliaria desde el comienzo de la crisis. La localidad registró 26 intercambios entre enero y marzo y 39 en el período abril-junio. Esta última cifra fue la mejor en ese período interanual desde 2010.

De este modo, salvo el año 2013, que se convirtió en un pequeño oasis en el desierto con un total de 95 transacciones en los primeros nueve meses, en ningún otro año de los últimos seis los guarismos eran tan prometedores. De hecho, en 2015 la cifra de los tres trimestres iniciales era de 57; en 2014 apenas llegaba a los 50 y en 2012, 44. Es decir, con respecto a esos años, el incremento actual es de 82%, 59% y 106% respectivamente.

Mientras, los dígitos todavía están lejos de los datos de 2008 y 2009, justo los años en los que comenzaba a explotar una crisis económica que todavía no se demostraba en el mercado de los pisos. En los tres primeros meses de 2008 se alcanzaron las 159 transacciones y en los de 2009, las 156.

Solo vivienda usada

Pese a que las cifras invitan a pensar en un repunte del mercado de la vivienda, cabe destacar que las compraventas de espacios residenciales son, en su mayoría, de edificaciones de segunda mano.

La tendencia de los últimos años se mantiene y en 2017, el 93% de las transacciones están referidas a vivienda de segunda mano. Es decir, tan solo un 7% corresponde a vivienda no usada. Concretamente, de las 91 operaciones, 85 corresponden al mercado de segunda mano.

Las cifras son similares a las recogidas en los últimos años y demuestran que los domicilios nuevos no están teniendo salida en el mercado.